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Bienvenida, pequeña roedora [+18]
Página 1 de 2. • 1, 2
Invitado
Al final la salida aquella mañana había sido provechosa. Se había encaprichado de una pet y pronto se la traerían a casa. Por eso volvió tras hacer algunas compras, dudaba que la chica tuviera demasiada ropa, así que, de solo un vistazo, había averiguado su talla y llenado el armario de la que sería su futura habitación. Tras esto preparó algo de comer y lo metió en la nevera, esperaría a saber si le apetecía. Y cuando lo tenía ya todo completamente revisado, simplemente cogió su guitarra y se fue al sofá, comenzando a tocar una leve melodía.
Esperaba que la chica no tuviera nada en contra de la música, sino se iban a llevar muy mal, aunque el chico que le había atendido le dijo que podría devolverla... Esperaba no tener que llegar a ese extremo. Cuando la había visto había tenido una corazonada, una especie de impulso irrefrenable, y él siempre seguía ese tipo de impulsos porque le traían más alegrías que tristezas, confiaba en sí mismo y no dudaba del destino.
Okamura Nino... Así era como había visto en la ficha que se llamaba, aun así, prefería que ambos se conocieran poco a poco y no a través de unos papeles. ¿Conseguiría ser su musa particular? Bryan, deja de pensar tanto, por el momento no era más que un capricho y un entretenimiento, pero en lo más profundo de su ser, esperaba que su elección saliera bien para ambos, era más humano que mucho de los que se jactaban de serlo.
Escuchó el timbre de la puerta, y eso hizo que dejara la guitarra a un lado en el sofá y luego fuera a abrir. Debía ser ella, no podía ser otra, así que abrió la puerta y la contempló de arriba a abajo. En un principio no dijo nada, solo la observó, pero luego sonrió amablemente e hizo una reverencia, echándose a un lado para que pudiera entrar.
- Bienvenida a mi humilde castillo, princesa. A partir del día de hoy, yo seré tu amo - la cogió de la mano, haciendo que pasara y cerrando la puerta tras ella -. Puedes llamarme Bryan... - se llevó la mano a los labios y dejó un beso allí - Los apodos podrán llegar cuando cojamos más confianza el uno en el otro, eso espero - le guió un ojo y luego la guió hasta el salón, sentándose en el sofá y esperando que hiciera lo mismo -. Ponte cómoda, me gustaría que antes de conocer la casa y a mí mismo me contaras un poco sobre ti... - tomó uno de los mechones de su pelo distraído, pero con cuidado - Quiero averiguar el por qué te escogí con solo verte... aunque empiezo a imaginarlo... - sonrió travieso, aquello prometía demasiado. Era el mejor juego que le hubieran propuesto jamás.
Esperaba que la chica no tuviera nada en contra de la música, sino se iban a llevar muy mal, aunque el chico que le había atendido le dijo que podría devolverla... Esperaba no tener que llegar a ese extremo. Cuando la había visto había tenido una corazonada, una especie de impulso irrefrenable, y él siempre seguía ese tipo de impulsos porque le traían más alegrías que tristezas, confiaba en sí mismo y no dudaba del destino.
Okamura Nino... Así era como había visto en la ficha que se llamaba, aun así, prefería que ambos se conocieran poco a poco y no a través de unos papeles. ¿Conseguiría ser su musa particular? Bryan, deja de pensar tanto, por el momento no era más que un capricho y un entretenimiento, pero en lo más profundo de su ser, esperaba que su elección saliera bien para ambos, era más humano que mucho de los que se jactaban de serlo.
Escuchó el timbre de la puerta, y eso hizo que dejara la guitarra a un lado en el sofá y luego fuera a abrir. Debía ser ella, no podía ser otra, así que abrió la puerta y la contempló de arriba a abajo. En un principio no dijo nada, solo la observó, pero luego sonrió amablemente e hizo una reverencia, echándose a un lado para que pudiera entrar.
- Bienvenida a mi humilde castillo, princesa. A partir del día de hoy, yo seré tu amo - la cogió de la mano, haciendo que pasara y cerrando la puerta tras ella -. Puedes llamarme Bryan... - se llevó la mano a los labios y dejó un beso allí - Los apodos podrán llegar cuando cojamos más confianza el uno en el otro, eso espero - le guió un ojo y luego la guió hasta el salón, sentándose en el sofá y esperando que hiciera lo mismo -. Ponte cómoda, me gustaría que antes de conocer la casa y a mí mismo me contaras un poco sobre ti... - tomó uno de los mechones de su pelo distraído, pero con cuidado - Quiero averiguar el por qué te escogí con solo verte... aunque empiezo a imaginarlo... - sonrió travieso, aquello prometía demasiado. Era el mejor juego que le hubieran propuesto jamás.
- Casa de Bryan:
Salón/Cocina
Salón visto desde la cocina
Cuarto de baño (la bañera está en el lado que no se ve)
Estudio de música de Bryan (su cuarto especial(?))
Habitación de Nino
Habitación de Bryan(donde terminará durmiendo más de una vez (?))
Esto es un croquis más o menos para que puedas situarte en la casa, pero también hay un amplio patio que está en el techo, debido a que es la azotea de un edificio >w< Espero que te sirvaEn realidad todo es mucho más lujoso en mi imaginación (?)
Invitado
-Entro gustosa al taxi, viendo las calles de aquella ciudad, que eran mas hermosas de lo que recordaba, pues aunque haya sido poco tiempo el de su encierro, ver de nuevo esa ciudad le era grata a la vista, después de un tiempo llego a aquel lugar, se maravilló al ver lo grande y lujoso que era, me puse algo nerviosa, mas cogí algo de fuerzas y camine hasta la entrada de aquel lugar-
Vaya.. –comente, adentro era mucho más hermoso que afuera, unas plantas y una pequeña fuente adornaban el looby, había música relajante y la gente era amable, tome el elevador, y subí hasta el piso que decía en el papel, sorprendida de que fuera el ultimo, sin duda el amo que la había comprado vivía sin problema alguno- Viste sensei, será muy lindo aquí –hablo con el pájaro en su hombro, mientras este asintió, maravillado igual que su amiga, de un momento a otro el elevador se detuvo, abriendo sus puertas como normalmente lo hacían, así la pequeña salió de ese lugar y paso a entrar al pasillo, para dirigir su camino hacia la gran entrada de lo que sería su nuevo hogar, toco el timbre esperando que le abrieran-
Ah… -parpadee un poco y me sonroje ante su mirada, desvíe la mirada y escuche con atención, sonrojándome más por aquellos halagos, sintió aquel agarre y se dejó llevar, tomándole igualmente de la mano- yo.. hola.. –comento antes de que el mayor hiciera aquella acción que produjo otro sonrojo, mayor al anterior, en sus mejillas, le siguió el paso hasta lo que parecía ser la sala, me quede un rato observando el lugar, era esplendido en verdad, al terminar de aquella examinación rápida, me senté a lado suyo, sonriendo con levedad- pues.. Yo.. –comente algo nerviosa, no sabía que decirle, ¿su nombre? Pero es seguro que lo sepa, mordí mi labio y solté un suspiro-
M-me Llamo Okamura nino! Tengo dieciséis años de edad, mi estatura ronda por el metro con sesenta y cinco centímetro –solté un suspiro, pues lo poco que dijo, lo comento casi a gritos, así que ese suspiro era para relajarme, para poder continuar sin asustar al contrario- me gusta mucho hacer manualidades, sobre todo si es para mi mejor amigo –señala al animal que se escondía entre sus cabellos, el cual salió volando, observando al chico, negando con levedad, pues al parecer no le agradaba el contrario, pero le agradecía haberle sacado de ese lugar, y sin comentar cosa alguna se escondió de nuevo en aquel lugar- Se llama sensei, bue-bueno.. –Baje la mirada, jugando con mis dedos- espero no sea molestia que se quede, pues le extrañaría mucho si le obligas a irse –por ultimo comente, con un tono melancólico-
Vaya.. –comente, adentro era mucho más hermoso que afuera, unas plantas y una pequeña fuente adornaban el looby, había música relajante y la gente era amable, tome el elevador, y subí hasta el piso que decía en el papel, sorprendida de que fuera el ultimo, sin duda el amo que la había comprado vivía sin problema alguno- Viste sensei, será muy lindo aquí –hablo con el pájaro en su hombro, mientras este asintió, maravillado igual que su amiga, de un momento a otro el elevador se detuvo, abriendo sus puertas como normalmente lo hacían, así la pequeña salió de ese lugar y paso a entrar al pasillo, para dirigir su camino hacia la gran entrada de lo que sería su nuevo hogar, toco el timbre esperando que le abrieran-
Ah… -parpadee un poco y me sonroje ante su mirada, desvíe la mirada y escuche con atención, sonrojándome más por aquellos halagos, sintió aquel agarre y se dejó llevar, tomándole igualmente de la mano- yo.. hola.. –comento antes de que el mayor hiciera aquella acción que produjo otro sonrojo, mayor al anterior, en sus mejillas, le siguió el paso hasta lo que parecía ser la sala, me quede un rato observando el lugar, era esplendido en verdad, al terminar de aquella examinación rápida, me senté a lado suyo, sonriendo con levedad- pues.. Yo.. –comente algo nerviosa, no sabía que decirle, ¿su nombre? Pero es seguro que lo sepa, mordí mi labio y solté un suspiro-
M-me Llamo Okamura nino! Tengo dieciséis años de edad, mi estatura ronda por el metro con sesenta y cinco centímetro –solté un suspiro, pues lo poco que dijo, lo comento casi a gritos, así que ese suspiro era para relajarme, para poder continuar sin asustar al contrario- me gusta mucho hacer manualidades, sobre todo si es para mi mejor amigo –señala al animal que se escondía entre sus cabellos, el cual salió volando, observando al chico, negando con levedad, pues al parecer no le agradaba el contrario, pero le agradecía haberle sacado de ese lugar, y sin comentar cosa alguna se escondió de nuevo en aquel lugar- Se llama sensei, bue-bueno.. –Baje la mirada, jugando con mis dedos- espero no sea molestia que se quede, pues le extrañaría mucho si le obligas a irse –por ultimo comente, con un tono melancólico-
- Spoiler:
- lol! me gusto mucho, sobre todo la habitacion de nino! *A* Gracias
Invitado
Al fin había llegado su compra. ¿Nervioso? Sí, un poco, para qué negarlo, pero de eso nunca se daría cuenta ella, pues Bryan se metía tanto en su papel de chico frío pero príncipe encantador, que tendría que pasar mucho tiempo antes de que viera su verdadero yo.
Justo como la había imaginado, allí estaba al abrir la puerta. Parecía un poco tímida, al ver ese sonrojo, incluso inocente, pero a Bryan solo hacía que le gustara más, pues, además de ser su amo, podría llegar a tener la oportunidad de ser su "maestro" en la vida, y eso solo le hacía temblar de anticipación.
Sonrió cuando al fin lo acompañó en el cómodo sofá, allí podrían hablar tranquilamente un rato, y Bryan saciaría al menos un poco su curiosidad sobre ella. Se sorprendió un poco cuando se presentó con aquellos gritos, vaya, sí que la había puesto nerviosa, pero lo de los 16 años no se le había pasado inadvertido... Tan joven...
- Relájate Nino... ¿Puedo llamarte... - "así?", terminó en su mente, pues aún le aguardaba una sorpresa más. No tenía ni idea de que al hacer la compra había hecho un 2x1 y el pájaro venía incluído, pero al ver esa carita y escuchar ese tono, no pudo hacer otra cosa que suspirar, entornar los ojos y terminar sonriendo - No te preocupes, si es tu amigo y lo deseas cerca, a mí no me importa. Claro está, tendrás que cuidarlo tú y vigilarlo para que no me moleste, ¿de acuerdo? - miró al pájaro, esperaba que no se entrometiera mucho ni le viera a él como el malo de la película, sino no se iban a llevar nada bien. Entonces se inclinó un poco en el sofá, acercando su rostro al de ella, para susurrar en su oído - A la única a la que yo voy a cuidar será a ti... - le dio un pequeño beso en la mejilla sonrojada, no podía evitarlo, y al menos tenía que darse ese pequeño capricho o sino terminaría haciéndole cosas peores -. Todo lo que necesites para ti y para él solo tienes que comprarlo, te dejaré una tarjeta de crédito a tu nombre para que puedas gastar como quieras, pero cada fin de mes vigilaré si te has administrado bien o por el contrario, has derrochado demasiado. Con esto no quiero decir que no puedas comprarte caprichos, pero con moderación - colocó un dedo sobre los labios contrarios, y lo acarició con suavidad.
Ah... Cómo echaba de menos sentir la calidez del cuerpo de otra persona tan cercano al suyo, llevaba un tiempo sin salir con nadie y no sabía si resistiría la tentación, pero con ella iba a pasar mucho más tiempo, y la tendría en su casa allí solo para él.
- Me han dicho que eres una roedora, Nino - al final había decidido llamarla así, Okamura le parecía demasiado largo, y Nino le venía como anillo al dedo a esa criatura inocente -, pero... ¿qué clase de roedor?
Que él supiera, existían varios, como ratones, hámsters, ardillas... Y cada uno tenía unas necesidades distintas, así que necesitaba saberlo. En el fondo era un consentidor y quería consentirla a ella, lo mismo que le gustaba que le consintieran a él. Esperó a que contestara, y luego tomó su barbilla delicadamente con sus dedos para que pudiera mirarle.
- ¿Sabes lo que soy yo...? - no esperó respuesta alguna - Soy un íncubo, y los íncubos vivimos de la energía vital que se produce de la unión de dos cuerpos... - había acercado tanto su rostro al de ella que casi podía sentir como sus respiraciones se unían. Ah... como siguiera así no iba a aguantar. Sonrió y volvió a separarse de ella, lo que haría por besar esos labios... - Pero no te preocupes, no voy a hacerte nada que no quieras, no soy un violador, y aún eres un poco pequeña para estas cosas... - más que pequeña, parecía inocente -. Pero te advierto que si no quieres que te haga nada, cierra con llave la puerta de tu habitación por las noches, ¿de acuerdo? - era cuando más se descontrolaba. Viviendo solo no importaba, simplemente salía en busca de algo, pero teniendo una presa tan cercana a él, no podía asegurar nada... - Tampoco te preocupes si llego tarde a casa y no entres en mi habitación ni en el estudio sin permiso o mientras no esté.
Esas eran todas las normas que impondría, ni una más ni una menos, solo esperaba que Nino lo hubiera comprendido todo perfectamente, y que se hubiera dado cuenta que detrás de aquellas palabras solo se encontraba el deseo de protegerla del monstruo que sabía que en el fondo era. ¿Por qué? Bueno, aun no podría decirlo con seguridad... Pero esperaba averiguarlo algún día.
- Ven, te enseñaré la casa a ti y a... - hizo memoria - ¿Sensei?
Justo como la había imaginado, allí estaba al abrir la puerta. Parecía un poco tímida, al ver ese sonrojo, incluso inocente, pero a Bryan solo hacía que le gustara más, pues, además de ser su amo, podría llegar a tener la oportunidad de ser su "maestro" en la vida, y eso solo le hacía temblar de anticipación.
Sonrió cuando al fin lo acompañó en el cómodo sofá, allí podrían hablar tranquilamente un rato, y Bryan saciaría al menos un poco su curiosidad sobre ella. Se sorprendió un poco cuando se presentó con aquellos gritos, vaya, sí que la había puesto nerviosa, pero lo de los 16 años no se le había pasado inadvertido... Tan joven...
- Relájate Nino... ¿Puedo llamarte... - "así?", terminó en su mente, pues aún le aguardaba una sorpresa más. No tenía ni idea de que al hacer la compra había hecho un 2x1 y el pájaro venía incluído, pero al ver esa carita y escuchar ese tono, no pudo hacer otra cosa que suspirar, entornar los ojos y terminar sonriendo - No te preocupes, si es tu amigo y lo deseas cerca, a mí no me importa. Claro está, tendrás que cuidarlo tú y vigilarlo para que no me moleste, ¿de acuerdo? - miró al pájaro, esperaba que no se entrometiera mucho ni le viera a él como el malo de la película, sino no se iban a llevar nada bien. Entonces se inclinó un poco en el sofá, acercando su rostro al de ella, para susurrar en su oído - A la única a la que yo voy a cuidar será a ti... - le dio un pequeño beso en la mejilla sonrojada, no podía evitarlo, y al menos tenía que darse ese pequeño capricho o sino terminaría haciéndole cosas peores -. Todo lo que necesites para ti y para él solo tienes que comprarlo, te dejaré una tarjeta de crédito a tu nombre para que puedas gastar como quieras, pero cada fin de mes vigilaré si te has administrado bien o por el contrario, has derrochado demasiado. Con esto no quiero decir que no puedas comprarte caprichos, pero con moderación - colocó un dedo sobre los labios contrarios, y lo acarició con suavidad.
Ah... Cómo echaba de menos sentir la calidez del cuerpo de otra persona tan cercano al suyo, llevaba un tiempo sin salir con nadie y no sabía si resistiría la tentación, pero con ella iba a pasar mucho más tiempo, y la tendría en su casa allí solo para él.
- Me han dicho que eres una roedora, Nino - al final había decidido llamarla así, Okamura le parecía demasiado largo, y Nino le venía como anillo al dedo a esa criatura inocente -, pero... ¿qué clase de roedor?
Que él supiera, existían varios, como ratones, hámsters, ardillas... Y cada uno tenía unas necesidades distintas, así que necesitaba saberlo. En el fondo era un consentidor y quería consentirla a ella, lo mismo que le gustaba que le consintieran a él. Esperó a que contestara, y luego tomó su barbilla delicadamente con sus dedos para que pudiera mirarle.
- ¿Sabes lo que soy yo...? - no esperó respuesta alguna - Soy un íncubo, y los íncubos vivimos de la energía vital que se produce de la unión de dos cuerpos... - había acercado tanto su rostro al de ella que casi podía sentir como sus respiraciones se unían. Ah... como siguiera así no iba a aguantar. Sonrió y volvió a separarse de ella, lo que haría por besar esos labios... - Pero no te preocupes, no voy a hacerte nada que no quieras, no soy un violador, y aún eres un poco pequeña para estas cosas... - más que pequeña, parecía inocente -. Pero te advierto que si no quieres que te haga nada, cierra con llave la puerta de tu habitación por las noches, ¿de acuerdo? - era cuando más se descontrolaba. Viviendo solo no importaba, simplemente salía en busca de algo, pero teniendo una presa tan cercana a él, no podía asegurar nada... - Tampoco te preocupes si llego tarde a casa y no entres en mi habitación ni en el estudio sin permiso o mientras no esté.
Esas eran todas las normas que impondría, ni una más ni una menos, solo esperaba que Nino lo hubiera comprendido todo perfectamente, y que se hubiera dado cuenta que detrás de aquellas palabras solo se encontraba el deseo de protegerla del monstruo que sabía que en el fondo era. ¿Por qué? Bueno, aun no podría decirlo con seguridad... Pero esperaba averiguarlo algún día.
- Ven, te enseñaré la casa a ti y a... - hizo memoria - ¿Sensei?
- Off:
- Me alegro que te gustara!! x3 y no te preocupes por lo que tardes, merece la pena la espera y soy muy paciente <3
Miér Feb 12, 2014 7:17 am por Akemi Kido
» ♦ R E G L A S
Dom Feb 02, 2014 5:19 pm por Dominick Krzysztof Pieczy
» Eliminación de cuenta
Sáb Feb 01, 2014 10:37 am por Invitado
» No te enfades....te lo explicaré [Priv.Steve Rogers]
Vie Ene 31, 2014 1:11 am por Steve Rogers
» Que seas bienvenido[+18](Priv.Houndoom)
Lun Ene 27, 2014 11:27 pm por Lynne
» Vivirás una pesadilla
Jue Ene 16, 2014 7:11 am por Jeff
» Se buscan policias!
Miér Ene 01, 2014 2:55 pm por Arashi
» Como obtener residencia.
Vie Dic 06, 2013 4:00 am por Ichinose Tokiya
» Se buscan detectives!
Mar Nov 05, 2013 3:57 pm por Megane Reitan
» Nuevo hogar. [+18]
Sáb Nov 02, 2013 9:28 am por Odin Laevatin
» Juguemos bromas con la muerte [Priv. Sherlock Holmes]
Jue Oct 31, 2013 12:57 pm por Sherlock Holmes
» No quiero repetirlo. (Privado: Idun)
Sáb Oct 19, 2013 8:21 am por Idun Laevatin
» Volviendo por 3era vez (Priv. Schrodinger)
Mar Oct 15, 2013 6:28 am por Schrodinger
» ¿Quién has dicho que eras? 2.0
Vie Ago 30, 2013 11:19 am por Kirian
» Un afilado encuentro [Priv. Azathoth]
Miér Ago 28, 2013 3:09 pm por Azathoth