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Bienvenida, pequeña roedora [+18]

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Invitado Dom Mayo 05, 2013 11:44 am
Invitado
Al final la salida aquella mañana había sido provechosa. Se había encaprichado de una pet y pronto se la traerían a casa. Por eso volvió tras hacer algunas compras, dudaba que la chica tuviera demasiada ropa, así que, de solo un vistazo, había averiguado su talla y llenado el armario de la que sería su futura habitación. Tras esto preparó algo de comer y lo metió en la nevera, esperaría a saber si le apetecía. Y cuando lo tenía ya todo completamente revisado, simplemente cogió su guitarra y se fue al sofá, comenzando a tocar una leve melodía.

Esperaba que la chica no tuviera nada en contra de la música, sino se iban a llevar muy mal, aunque el chico que le había atendido le dijo que podría devolverla... Esperaba no tener que llegar a ese extremo. Cuando la había visto había tenido una corazonada, una especie de impulso irrefrenable, y él siempre seguía ese tipo de impulsos porque le traían más alegrías que tristezas, confiaba en sí mismo y no dudaba del destino.

Okamura Nino... Así era como había visto en la ficha que se llamaba, aun así, prefería que ambos se conocieran poco a poco y no a través de unos papeles. ¿Conseguiría ser su musa particular? Bryan, deja de pensar tanto, por el momento no era más que un capricho y un entretenimiento, pero en lo más profundo de su ser, esperaba que su elección saliera bien para ambos, era más humano que mucho de los que se jactaban de serlo.

Escuchó el timbre de la puerta, y eso hizo que dejara la guitarra a un lado en el sofá y luego fuera a abrir. Debía ser ella, no podía ser otra, así que abrió la puerta y la contempló de arriba a abajo. En un principio no dijo nada, solo la observó, pero luego sonrió amablemente e hizo una reverencia, echándose a un lado para que pudiera entrar.

- Bienvenida a mi humilde castillo, princesa. A partir del día de hoy, yo seré tu amo - la cogió de la mano, haciendo que pasara y cerrando la puerta tras ella -. Puedes llamarme Bryan... - se llevó la mano a los labios y dejó un beso allí - Los apodos podrán llegar cuando cojamos más confianza el uno en el otro, eso espero - le guió un ojo y luego la guió hasta el salón, sentándose en el sofá y esperando que hiciera lo mismo -. Ponte cómoda, me gustaría que antes de conocer la casa y a mí mismo me contaras un poco sobre ti... - tomó uno de los mechones de su pelo distraído, pero con cuidado - Quiero averiguar el por qué te escogí con solo verte... aunque empiezo a imaginarlo... - sonrió travieso, aquello prometía demasiado. Era el mejor juego que le hubieran propuesto jamás.

Casa de Bryan:
Invitado Dom Mayo 05, 2013 12:55 pm
Invitado
-Entro gustosa al taxi, viendo las calles de aquella ciudad, que eran mas hermosas de lo que recordaba, pues aunque haya sido poco tiempo el de su encierro, ver de nuevo esa ciudad le era grata a la vista, después de un tiempo llego a aquel lugar, se maravilló al ver lo grande y lujoso que era, me puse algo nerviosa, mas cogí algo de fuerzas y camine hasta la entrada de aquel lugar-
Vaya.. –comente, adentro era mucho más hermoso que afuera, unas plantas y una pequeña fuente adornaban el looby, había música relajante y la gente era amable, tome el elevador, y subí hasta el piso que decía en el papel, sorprendida de que fuera el ultimo, sin duda el amo que la había comprado vivía sin problema alguno- Viste sensei, será muy lindo aquí –hablo con el pájaro en su hombro, mientras este asintió, maravillado igual que su amiga, de un momento a otro el elevador se detuvo, abriendo sus puertas como normalmente lo hacían, así la pequeña salió de ese lugar y paso a entrar al pasillo, para dirigir su camino hacia la gran entrada de lo que sería su nuevo hogar, toco el timbre esperando que le abrieran-
Ah… -parpadee un poco y me sonroje ante su mirada, desvíe la mirada y escuche con atención, sonrojándome más por aquellos halagos, sintió aquel agarre y se dejó llevar, tomándole igualmente de la mano- yo.. hola.. –comento antes de que el mayor hiciera aquella acción que produjo otro sonrojo, mayor al anterior, en sus mejillas, le siguió el paso hasta lo que parecía ser la sala, me quede un rato observando el lugar, era esplendido en verdad, al terminar de aquella examinación rápida, me senté a lado suyo, sonriendo con levedad- pues.. Yo.. –comente algo nerviosa, no sabía que decirle, ¿su nombre? Pero es seguro que lo sepa, mordí mi labio y solté un suspiro-
M-me Llamo Okamura nino! Tengo dieciséis años de edad, mi estatura ronda por el metro con sesenta y cinco centímetro –solté un suspiro, pues lo poco que dijo, lo comento casi a gritos, así que ese suspiro era para relajarme, para poder continuar sin asustar al contrario- me gusta mucho hacer manualidades, sobre todo si es para mi mejor amigo –señala al animal que se escondía entre sus cabellos, el cual salió volando, observando al chico, negando con levedad, pues al parecer no le agradaba el contrario, pero le agradecía haberle sacado de ese lugar, y sin comentar cosa alguna se escondió de nuevo en aquel lugar- Se llama sensei, bue-bueno.. –Baje la mirada, jugando con mis dedos- espero no sea molestia que se quede, pues le extrañaría mucho si le obligas a irse –por ultimo comente, con un tono melancólico-
Spoiler:
Invitado Lun Mayo 06, 2013 12:41 am
Invitado
Al fin había llegado su compra. ¿Nervioso? Sí, un poco, para qué negarlo, pero de eso nunca se daría cuenta ella, pues Bryan se metía tanto en su papel de chico frío pero príncipe encantador, que tendría que pasar mucho tiempo antes de que viera su verdadero yo.

Justo como la había imaginado, allí estaba al abrir la puerta. Parecía un poco tímida, al ver ese sonrojo, incluso inocente, pero a Bryan solo hacía que le gustara más, pues, además de ser su amo, podría llegar a tener la oportunidad de ser su "maestro" en la vida, y eso solo le hacía temblar de anticipación.

Sonrió cuando al fin lo acompañó en el cómodo sofá, allí podrían hablar tranquilamente un rato, y Bryan saciaría al menos un poco su curiosidad sobre ella. Se sorprendió un poco cuando se presentó con aquellos gritos, vaya, sí que la había puesto nerviosa, pero lo de los 16 años no se le había pasado inadvertido... Tan joven...

- Relájate Nino... ¿Puedo llamarte... - "así?", terminó en su mente, pues aún le aguardaba una sorpresa más. No tenía ni idea de que al hacer la compra había hecho un 2x1 y el pájaro venía incluído, pero al ver esa carita y escuchar ese tono, no pudo hacer otra cosa que suspirar, entornar los ojos y terminar sonriendo - No te preocupes, si es tu amigo y lo deseas cerca, a mí no me importa. Claro está, tendrás que cuidarlo tú y vigilarlo para que no me moleste, ¿de acuerdo? - miró al pájaro, esperaba que no se entrometiera mucho ni le viera a él como el malo de la película, sino no se iban a llevar nada bien. Entonces se inclinó un poco en el sofá, acercando su rostro al de ella, para susurrar en su oído - A la única a la que yo voy a cuidar será a ti... - le dio un pequeño beso en la mejilla sonrojada, no podía evitarlo, y al menos tenía que darse ese pequeño capricho o sino terminaría haciéndole cosas peores -. Todo lo que necesites para ti y para él solo tienes que comprarlo, te dejaré una tarjeta de crédito a tu nombre para que puedas gastar como quieras, pero cada fin de mes vigilaré si te has administrado bien o por el contrario, has derrochado demasiado. Con esto no quiero decir que no puedas comprarte caprichos, pero con moderación - colocó un dedo sobre los labios contrarios, y lo acarició con suavidad.

Ah... Cómo echaba de menos sentir la calidez del cuerpo de otra persona tan cercano al suyo, llevaba un tiempo sin salir con nadie y no sabía si resistiría la tentación, pero con ella iba a pasar mucho más tiempo, y la tendría en su casa allí solo para él.

- Me han dicho que eres una roedora, Nino - al final había decidido llamarla así, Okamura le parecía demasiado largo, y Nino le venía como anillo al dedo a esa criatura inocente -, pero... ¿qué clase de roedor?

Que él supiera, existían varios, como ratones, hámsters, ardillas... Y cada uno tenía unas necesidades distintas, así que necesitaba saberlo. En el fondo era un consentidor y quería consentirla a ella, lo mismo que le gustaba que le consintieran a él. Esperó a que contestara, y luego tomó su barbilla delicadamente con sus dedos para que pudiera mirarle.

- ¿Sabes lo que soy yo...? - no esperó respuesta alguna - Soy un íncubo, y los íncubos vivimos de la energía vital que se produce de la unión de dos cuerpos... - había acercado tanto su rostro al de ella que casi podía sentir como sus respiraciones se unían. Ah... como siguiera así no iba a aguantar. Sonrió y volvió a separarse de ella, lo que haría por besar esos labios... - Pero no te preocupes, no voy a hacerte nada que no quieras, no soy un violador, y aún eres un poco pequeña para estas cosas... - más que pequeña, parecía inocente -. Pero te advierto que si no quieres que te haga nada, cierra con llave la puerta de tu habitación por las noches, ¿de acuerdo? - era cuando más se descontrolaba. Viviendo solo no importaba, simplemente salía en busca de algo, pero teniendo una presa tan cercana a él, no podía asegurar nada... - Tampoco te preocupes si llego tarde a casa y no entres en mi habitación ni en el estudio sin permiso o mientras no esté.

Esas eran todas las normas que impondría, ni una más ni una menos, solo esperaba que Nino lo hubiera comprendido todo perfectamente, y que se hubiera dado cuenta que detrás de aquellas palabras solo se encontraba el deseo de protegerla del monstruo que sabía que en el fondo era. ¿Por qué? Bueno, aun no podría decirlo con seguridad... Pero esperaba averiguarlo algún día.

- Ven, te enseñaré la casa a ti y a... - hizo memoria - ¿Sensei?


Off:
Invitado Lun Mayo 06, 2013 5:43 am
Invitado
¿Asi? –ladee la cabeza, riendo leve ante su mirada, solo pasaba en ocaciones, y era entretenido ver como la gente se sorprendía por ver que era de verdad, parpadee un poco y asentí ante su condición- Claro! Yo se cuidar de el, de eso no hay problema –sonreí leve, sonrojándome mas por aquella acción, sin embargo no era molestia así que me quede quietesita para no molestarle, le escuche con atención y volví a sonrojarme, y es que nadie había tenido tantas atenciones con ella, ¿tarjeta de crédito? Bueno lo máximo que compraría seria comida para sensei, algo de ropa y ya, no era de derrochar- No te preocupes –le tome de la mano- no suelo gastar mucho dinero, así que de eso no hay problema –de un momento a otro sentí el tacto de su dedo, cerre con levedad los ojos y me deje hacer, era lindo que alguien te hicese mimos y mas si eran tan seguidos como los que ahora su querido amo le estaba haciendo, le observe y sonreí, estaba esperando a que le preguntara eso-
¿Yo? Bueno soy una ardilla ¿lindo no? –reí leve, de cierto modo adoraba que me chuleen, pero tenia que comportarme con las personas, jugué con mis manos, pensando un sinfín de cosas, la mayoría de como viviría de aquí en adelante, lo mas seguro es que bien ¿no? Una buena cama, rica comida, una persona que la quiere, ¿Qué mas? Además sensei, su buen amigo esta ahí, estaba perfecto, sonreí ante esa pequeña “Deduccion” y de un momento al otro, mas que nada porque estaba distraída le vio encima suyo- yo.. ¿ah? –le escucho, sus mejillas tomaron un intenso color de nuevo, desvíe un poco la mirada aunque las respiraciones del otro hicieron que volteara de inmediato, quedando casi prensada a su mirada- yo.. n-no te preocupes –acaricie con levedad su mejilla, no le temía o mas bien no sabia a que temerle, pero no importaba, por ahora no, me acerque un poco solo para besarle su mejilla pero con rapidez el ave de mi hombro salio volando, interrumpiendo aquel momento con sus alaridos-
“Ha! Mira nomas que muchacho tan patético, me das asco, Eres un pervertido! Suelta a nino!” –casi se acercaba a golpearlo, pero se detuvo sin que le dijera algo, volteo a verme y desvio la mirada, volando hasta el respaldo del sofá- “Pero bueno, debo agradecerte por sacar a nino de ese horrible lugar”–baje la cabeza, suspirando, de nuevo había pasado y es que ese animal era un cabezota, siempre hablaba cuando se enojaba, mas si se acercaban a su querida nino, el pájaro, después de su rabieta, tomo conciencia de lo que había sucedido, volteo a verme, me miraba con aquellos ojos de “Ups” mas solo negué, era la segunda vez que pasaba, sin duda se iba a quedar sin almuerzo-
Pe-perdon.. –comente jugando con mis manos, debí haberle dicho, puesto que era mi amo, aun así era un secreto pues tenia miedo que se lo llevasen si sabia que hablaba, y mas si hablaba tan fluido-

Spoiler:
Invitado Lun Mayo 06, 2013 8:04 am
Invitado
Le agradó escuchar su risa, le hacía ver que estaba más relajada, y aquel sonido era como de campanillas, casi musical. Todo lo que tuviera que ver con la música simplemente enamoraba a Bryan.

El pájaro no era molestia en sí, a no ser claro que se metiera de por medio o interrumpiera a Bryan en lo que estuviera haciendo, pero si ella era feliz con él, ¿quién era él para separarlos? No era un monstruo ni mucho menos, ni quería que ella terminara odiándole.

- Entonces no habrá problemas entre nosotros - sonrió de medio lado al ver que no se resistía a sus acercamientos, se sonrojaba, eso sí, pero era una buena chica, y es hacía que Bryan quisiera protegerla aún más. Las mujeres con las que solía salir no tenían de inocencia ni siquiera un cabello, sin embargo aquella criatura derrochaba por todos lados aquella pureza que hizo que suspirara -. Ahora tendrás acceso al dinero que quieras, así que no te preocupes por gastar. De todas formas, yo gastaré también lo que quiera en ti, así que no pasa nada - le sonrió sinceramente.

La miraba fijamente, cada vez la sentía más relajada y eso hacía que el mismo también se calmara, pero que disfrutara de contemplarla. Quería sacarle muchas más sonrisas, así que ya iría averiguando cómo poco a poco.

- ¡Oh! ¿Una ardilla? Qué curioso... - comentó, imaginándosela con los mofletes hinchados como había visto en algunas imágenes de esos animales, y riéndose un poco por esa imagen mental - ¿Hay algo en especial que las ardillas hagáis o necesitéis...? - sentía bastante curiosidad, la verdad.

No podía evitarlo, aquella chica le atraía como un imán, desde el momento en el que había puesto sus ojos en ella. Quería besarla, probar el sabor de esos labios que parecían estarle prohibidos... Sentía el aroma dulce de su respiración... Se moría de ganas... Pero quería que supiera la verdad sobre él, que fuera una decisión de ambos y, sobre todo, que ella le aceptara, con todo, con lo bueno y con lo malo... Cerró los ojos y suspiró, sintiendo la calidez de su mano contra su mejilla. Era tan dulce, y parecía que no le importaba... Cada vez tenía menos ganas de reprimirse y sus ojos dilatados en sentimientos miraban los contrarios con el deseo de sus labios escrito en ellos... Tras ese beso en la mejilla, estaba claro que podía ir un poco más allá... Probar sus labios... Hasta que el pájaro tuvo que arruinarlo todo.

Se separó rápidamente, sorprendido, ya ni siquiera se había acordado de aquel animal. Lo miró con el ceño fruncido y algo molesto. Ya empezaba a molestar y ni siquiera había pasado una hora en el piso.

- Si fuera un pervertido ni siquiera le hubiera preguntado el nombre, me la habría llevado a mi habitación directamente - replicó molesto, pero entonces se dio cuenta de que su camiseta se había roto... Maldición. Debido a la sorpresa y a la posibilidad de un ataque, sus alas blancas se habían desplegado con tal fuerza que habían hecho jirones la camiseta que había llevado puesta en ese momento. Ahora miró a Nino, preocupado de haberla asustado al sacar aquellas alas tan de improviso. Arg... Maldita sea.

Se levantó, con las alas aún desplegadas a su espalda. Era complicado volver a ocultarlas, pero lo principal era cambiarse la camiseta. Se quitó los jirones de tela, dejando su torso algo musculado visible para la pequeña. Ahora que lo pensaba... ¿El pájaro había hablado? Lo miró con sorpresa renovada, como no cerrara su piquito, lo metería en una jaula, pero luego la chica se disculpó.

- No te preocupes, Nino, no eres tú la que debería disculparse... Me alegro de que al menos seas consciente de que le ofrezco una vida mejor, pero, por favor, no vuelvas a meterte en un momento íntimo, que sea Nino la que hable por sí misma y me rechace si lo desea...

Dicho esto, volvió a mirarse las alas y suspiró, las plegó en su espalda, pero hasta un rato no se irían y no podría volver a ponerse algo encima. Le ofreció una mano, esperando que no estuviera asustada por él.

- Entonces, ¿qué me dices? ¿Seguimos con el plan?

Off:
Invitado Lun Mayo 06, 2013 8:50 am
Invitado
Sensei! –comente molesta tomando al pájaro- Moh! Sabes que no debes atacar gente –le comente, con un tono mas gentil, no me gustaba molestarme con sensei, pero tenia que aprender lecciones- te quedaras sin almuerzo –este solo asintió y se volvió al hombro de la chica, ocultándose entre su cabello, ya que estaba de espaldas, regañando al ave, me voltee para ver que todo estuviese bien, sin embargo me encontre con algo que me sorprendío bastante- moh! Y también.. –no pude terminar puesto que pude ver aquellas alas que sobresalían de su cuerpo, me quede en shock por un momento y no por miedo, estaba mas que asombrada, moví con rapidez mi cabeza y camine hasta el- e-es genial! –comente observándolas, embelesada ante aquellas alas, tan esplendorosas, acerque mi mano con el simple deseo de tocarlas pero recordé que pueden ser sensibles al tacto, retire mi mano y la pegue a mi pecho, mordiendo con levedad mi labio pues era tanto el deseo que no podía reprimirlo, respire hondo y solte un grande y largo suspiro, eso me relajaba mucho, después de un rato voltee a verle y le sonreí, recordando lo que con anterioridad me había preguntado-
Ah.. –mas o menos había imaginado que al decir ardilla pensaría en cachetes inflados así que infle con levedad las mejillas para que las viera, soltando el aire de apoco pues con el tiempo se pondría morada si solo lo aguantaba- ¿algo en especial? –comencé a pensar, pose mi dedo índice en mi barbilla viendo hacia un punto, cualquiera, de la casa, pensando en las actividades que hacia diariamente, las que adoraba y las comunes de cualquier ardilla- tomo mucha agua, adoro comer, me gustan las nueces y aveces me atraganto –reí leve ante aquella confesión- pero sobre todo adoro dormir, aunque es algo raro para una ardilla pero no se –encoje los hombros- amo estar calentita en una cama muy muy cómoda, hecha bolita abrazando algo –asiente leve, teniendo en mente aquella escena, sonriendo gustosa, pues imaginaba una gran cama, muy comoda y a cierta persona con ella, y asi un evidente sonrojo tomo lugar en sus mejillas, moví con rapidez mi cabeza, esperando que ese sonrojo desapareciese- moh… -pose mis manos en mis mejillas y las aplaste con levedad, provocando así que mis labios hicieran un pequeño puchero, era una pequeña contra medida para evitar sonrojarme de lo debido, puesto que podría parecer algo tonto, o tal vez le parezco tonta, estaba tan distraída que de seguro le aburrí un poco con tantas palabrerías, o eso pensé, hasta que Salí de aquellos pensamientos incómodos por la pregunta que me hacia- ah! Si claro! –tome con delicadeza su mano, sonriéndole- vamos, debe ser muy linda tu casa

Vale lo intentare! <3:
Invitado Lun Mayo 06, 2013 9:19 am
Invitado
No se metió en el regaño que la chica estaba dándole al pájaro. Ella era su dueña y ella debía controlarlo, así que simplemente se calló, intentando controlarse para guardar aquellas alas lo antes posible.

Cuando le miró, esperó sinceramente que no se asustara, pero en vez de ver miedo en sus ojos, vio curiosidad, lo que hizo que apartara la vista y sonriera.

- Puedes tocarlas si quieres, aunque, si lo haces, tendrás que dejarme darte un beso a cambio, ¿trato? - le guiñó un ojo, bromeando, aunque si le salía bien la broma, quizás pudiera llevarse un beso de la chica.

Pero al verla hinchar los mofletes como había imaginado no hizo otra cosa que hacerle reír, se acercó a ella, cogiéndola de la mano mientras la escuchaba. No tendría problema en conseguirle todo aquello que quería, pero cuando le dijo lo de abrazar algo y dormir calentita no pudo evitar imaginarse otra cosa y separarse de ella. Se mantenía en la delgada línea entre caer en la tentación y dejarse llevar o no hacerlo y así no asustarla.

Volvió a mirarla cuando puso los morritos, parecía que no era el único que había pensado en algo que no debía, y eso hacía que se envalentonara un poco más, además de parecerle completamente adorable.

¡Pero si no se movía iban a quedarse todo el día allí! O bueno, al menos lo que quedaba de tarde, porque poco a poco iba oscureciéndose, y las luces de la casa encendiéndose. Cuando al fin tomó su mano, tiró un poco de ella.

- Ahí está la cocina - le señaló con la cabeza -, puedes coger lo que quieras cuando quieras - luego la guió por el pasillo, abriendo la primera puerta a la izquierda -. El cuarto de baño - nombró, a continuación la siguiente de esa misma pared -. El estudio de grabación - siguió hasta el final del pasillo, donde había unas escaleras escondidas en la pared -. Por ahí puedes salir afuera, se sube a la azotea que es completamente mía también - siguió un poco al lado, donde se encontraba su habitación -. Esta es mi habitación y... - luego la llevó hasta la que había asignado para ella, al otro lado del pasillo, frente al baño - esta es la tuya, espero que te guste, en el armario tienes ropa para ti.

La dejaría que se instalara tranquilamente, quedándose él observándola apoyado en la puerta. Pero entonces pensó en algo, sus alas ya habían vuelto a ocultarse, lo que quería decir que podía ir a por una camiseta.

- ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de cenar? - y dicho esto, esperó a que contestara, para ir después a ponerse su camiseta y no ser tan "pervertido" como lo habían llamado hacía un rato.
Invitado Lun Mayo 06, 2013 9:36 am
Invitado
uhn.. –medite un poco ante su trato, parpadee un poco y asentí con levedad- vale –me acerque, me puse de puntas, recargando mis manos en su pecho, dando un fugaz y rápido beso en los labios del mayor, apartándome con un tenue sonrojo, reincorporándome para quedar en mi altura normal, sonreí gustosa y me acerque a sus alas, las toque con facinacion, eran tan suaves y estaban bien cuidadas, me encantaron por completo, hasta que sintió el jalon y siguió con la visita guiada de lo que ahora seria su linda casa, camine a su lado y observe todos los lugares, recordando que no debía tocar nada del salón de música de mi amo, mucho menos entrar sin su permiso, asentí para mi misma, así recordaría bien que no debo y que debo hacer, al ver el baño me maraville pues en mi antigua casa, con mamá y papá era un baño sencillo, mas este era mucho mas grande y lujoso, me encantaba, luego seguían unas escaleras hasta la azotea, me gustaría ver, pero por ahora debía estar en esa guía, me imagine que de seguro las estrellas deben verse hermosas, y mas si vives en un departamento así, digo una persona normal no puede estar tan cerca de las estrellas, y en especial ella, me embelese en aquella imaginación, hasta que oí algo de “Recamara” Por fin, mi cama- Ah! Es hermosa –entre al cuarto que parecía ser de mi amo, mas sin embargo eso lo supe hasta que ya estaba tirada en su cama, me sonroje por la vergüenza, me levante con rapidez, acomode un poco la cama y camine hasta la otra habitación, que ahora si era la mia, acomode mi cabello, que por aquella pequeña “Aventura” se revolvió- pe-perdon… -comente en un murmuro muy bajo, jugué con mis manos aun apenada, mas esa sensación desaparecio cuando vi mi verdadera habitación- ese azul me encanta! –comente aventándome a la cama, aferrándome de las almohadas, que eran tan suaves, era agradable, luego voltee, quedando boca arriba, estirando mi cuerpo a lo largo de la cama, por supuesto por mi estatura no alcanzaba el fin de la cama, mas eso era satisfactorio, me levante y abrí el armario-
Que lindos! Muchas gracias –voltee a verle, sonriendo-
Invitado Lun Mayo 06, 2013 10:40 am
Invitado
Parecía que su pequeña broma había surtido efecto, pero se sorprendió tanto por el gesto que ni tiempo le dio a corresponder cuando ya la tenía tocando sus alas. Suspiró y sonrió, dejándola que las palpara, aunque se sentía extraño, no era la primera vez que se las tocaban, pero el tacto de Nino era demasiad cálido, acogedor... La casa, la casa, debía enseñarle la casa.

Tiró de ella y le hizo un tour por el piso, no tardaría mucho en enseñárselo, quizás si hubieran subido a la azotea habrían tardado más, pero reservaría aquellas hermosas vistas para una mejor ocasión. Pero cuando se quiso dar cuenta, la tenía sobre su cama. Vaya, eso era más que sugerente, pero al ver su expresión cuando se dio cuenta de que se había equivocado, solo le hizo sonreír.

- No te preocupes, si te gusta más la mía, podemos cambiarla cuando quieras - le guiñó un ojo cuando ya volvió a su lado. La guió hasta la última habitación, que era la de ella, viendo que sin duda le había gustado más que la propia -. Me alegro de que todo sea de tu agrado, podrás ir personalizándola a tu gusto como desees... - al final decidió entras, se acercó a ella y la tomó del rostro - Y ya sabes... Si no me quieres dentro... Solo tienes que cerrar la puerta con llave, y por mucho que te lo pida, no tienes por qué abrir... - se acercó a su rostro - ¿De acuerdo? - entonces posó sus labios contra los ajenos, tras la respuesta de ella, esta vez sintiendo su suavidad en los propios, pero sin hacer nada más que eso, un roce. Se dijo a sí mismo que era porque antes no había podido sentirla bien, pero la verdad es que ese beso tan pro le había hecho estremecerse completamente - Nino... - susurró contra los labios ajenos, suspiró y sonrió, mirándoluego al pájaro, se separó - Prepararé la cena, ven a la cocina cuando ayas terminado de verlo todo aquí.

Dicho esto salió de la habitación y fue a la suya, a por la camiseta, suspirando e intentando calmarse. Si no fuera porque había visto al pájaro, la habría echado sobre la cama, y eso no podía ser. Luego fue a la cocina y sacó la cena de la nevera, metiéndola en el horno a calentar. Pollo asado a las finas hierbas, acompañado de patatas. Esperaba que le gustase.
Invitado Mar Mayo 07, 2013 3:58 am
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No tengo porque cerrar, yo quiero a mi amo en mi habitación- sin preocupación alguna, dijo aquellas palabras que para ella eran tan inocentes, mas luego le vio partir, parpadee un poco y después de que cerro la puerta, le escuche caminar, observe a sensei por un momento y el a mi- ¿Qué habrá pasado? –le pregunte al avecilla- “No sé, pero yo tengo hambre” –reí con levedad, cuando de un momento a otro un gruñido salió de mi estómago- uhn.. cierto, pero primero debo cambiarme, me pondré algo nuevo –abrí la puerta del armario viendo varia ropa, probándomela, había tantas blusas y pantalones, algunas faldas muy lindas y también vestidos pero encontré un lindo vestido, el más hermoso de todos, con unos cuantos holanes y encajes, llegaba un poco por arriba de mis rodillas, dejando ver mis piernas, mientras que el escote era cuadrado, dejando ver mi clavícula, cerré el armario con cuidado, sacando antes unos zapatos de tacón, no muy altos, caminando hacia el espejo- Lindo.. –Reí leve- pero aún faltan unos adornos en el cabello.. Lástima que no tengo ¿verdad sensei? –voltee a verle, estaba revolando a lado mío, observándome con cuidado, viendo cada detalle del atuendo para dar su opninio-
“Cierto, pero así te sigues viendo bien nino. Ahora vamos a por la comida” –comento mientras con su pico tocaba la puerta, asentí con levedad y antes de ir hacia allá, acomode un poco mi cabello, dejando dos mechones largos por enfrente, mientras lo demás quedaba atrás como de costumbre, sonreí y camine hacia la puerta, cerrándola detrás mío con cuidado, para no hacer tanto ruido, acomode mi vestido para que no se viera raro y después de asegurarme de que todo estuviera perfecto camine con cuidado hacia el comedor, por unos instantes miraba con valentía hacia el frente, pero el simple hecho de pensar en lo que diría me hizo avergonzarme, bajando así, la mirada, jugando con mis manos al caminar, balbuceaba unas cosas mientras jugaba con mis manos, pero trate de calmarme, así que respire hondo un par de veces y voltee hacia arriba la mirada-
Bue-buenas noches.. goshujinsama –comente con una pequeña sonrisa en el rostro, viéndole por un pequeño momento hasta que me sonroje, pose mis manos en mis mejillas y las apreté, así mis labios hicieron un pequeño puchero, desvíe la mirada y me encontré con lo que sería la cena, observe por un momento cada platillo, en especial, me encantaban mucho las patatas, pero el pollo era su preferido, sin duda iba a comer como se debía- Ah Mira Sensei ¿a que esta bueno? –le pregunte, aunque él sabía que solo comía semillas, ver la comida humana era todo un deleite para el- Bueno, ya que no haz comido bien el privarte de la comida sería algo malo, así el castigo será mañana ¿vale? –el pajarillo asintió emocionado, no sin antes decirle un gracias afectuoso a la muchacha, aunque era estricta a veces podía ser más que amable, reí con levedad ante aquella situación, camine con rapidez a la habitación y de mis otras ropas saque la bolsa de comida, yendo de nuevo al comedor para así alimentar a su pequeña avecilla-
Entonces ¿vamos a comer? ¿Le ayudo en algo? –Pregunto a su amo con el paquete de comida para ave entre sus manos-

vestido de nino :
Invitado Mar Mayo 07, 2013 4:29 am
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Debía decir que su pet era bastante valiente, o más que eso, una inconsciente que no sabía realmente a lo que se refería. Bueno, podían ser ambas opciones o quizás ninguna de ellas, pero, en todo caso, lo averiguaría aquella noche, solo esperaba no estar demasiado descontrolado si ella no hacía nada por alejarle.

Solo rió levemente y abandonó la habitación para dejarla que pudiera acomodarse tranquila en su intimidad.Así aprovecharía él también y repondría la camiseta que había quedado inservible, poniéndose en esa ocasión una camiseta negra con bordes azul eléctrico. Esperaba no romper aquella también.

Hmm, parecía que aún estaba en su habitación, así que fue directamente a la cocina y puso a calentar la comida. No sabía por qué aquel día, las muchachas que solían limpiar el piso no le habían dejado nada preparado, quizás pensarían que iría a cenar por ahí, pero bueno, no estaba mal de vez en cuando probar sus habilidades culinarias.

En el momento en el que sacó el pollo del horno y lo dejó sobre la mesa puesta, fue cuando la vio. Sin duda, los vestidos le quedaban mejor que la ropa que había llevado hasta el momento, y la talla que había elegido para ella había sido la mejor. Se quedó un momento en silencio, observándola de arriba a abajo y sonriendo complacido por lo que veía.

- Estás muy guapa, Nino - comentó, sabiendo que la chica ya andaría sonrojada, pero no podía guardarse aquel halago, y ella debía aprender a recibirlos y valorarse adecuadamente.

Cuando habló con el pájaro, miró a este, pensando si comería también comida humana o por el contrario necesitaría pienso o algo así. Sonrió al escuchar que le levantaba el castigo, pero de forma disimulada, sin que ella lo viera, volviéndose al mueble donde guardaba los platos para sacar un pequeño cuenco. Esa inocencia le gustaba, así, si hacía alguna travesura, le perdonaría rápidamente a él también, ¿o no?

- ¿Esto te sirve para que pueda comer? - le preguntó, ofreciéndole el cuenco para que pusiera las semillas allí - Vamos a comer ahora mismo, ya está todo listo - le dijo sonriendo y le ofreció una de las sillas para que se sentara a comer, dejando al pájaro que comiera también por su cuenta - ¿Quieres algo de beber o solo agua? - él se sacó una botella de vino, llenándose una copa.

Esperó a que la chica respondiera, para llenarle un vaso de lo que ella quisiera y luego sentarse frente a ella.

- ¡Qué aproveche! - dijo y se apartó un poco de la comida en su plato, no demasiado, pero si lo suficiente como para tener energías. Entonces miró a la chica - ¿Te gusta, Nino? A partir de ahora solo tienes que decirle a las muchachas que vengan por la mañana al piso lo que quieres de comer y ellas te lo prepararán. También dejarán la cena, pero no te preocupes por ellas, solo limpian y se van - le dijo, quitándole importancia para que no pensara otra cosa.

Él por su lado, terminaría rápidamente de comer, no era de los que se quedaban demasiado tiempo sentado, y cuando terminó, se levantó y se dirigió al sofá, cogiendo la guitarra y apoyándose en el respaldo de éste.

- ¿Qué piensas de la música, Nino? ¿Te gusta? - comenzó a tocar unos acordes, mientras ella terminaba con su parte. Aquella era una pregunta muy importante.
Invitado Mar Mayo 07, 2013 4:58 am
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Gra- gracias goshujinsama –sonreí algo sonrojada jugando con el paquete de comida que estaba entre mis manos, tosí con levedad y abrí delicadamente el paquete, dedicada a ponérselo en la mesa pues no contaba con un plato para el pequeño- ¿ah? –volteo con levedad cuando el mayor le pregunto sobre si le serviría aquella cuenca para las semillas, asentí con un deje feliz, tomando aquel recipiente en mis manos y en lugar de hacer un montoncito de semillas en la mesa, se las hecho todas en el plato- Disfruta Sensei –le sonreí al ave dejando el plato en la mesa, recordándole al ave los modales que debe tener pues estaban en otra casa y debían mostrar lo mejor de ellos para que no los corrieran, ya que ya le empezaba a gustar además su amo era muy amable y cariñoso, nadie puede negarse a las caricias de una buena persona-
Uhn.. Solo agua –comente antes de ver el vino, nunca había tomado pero sus padres decían que era algo exquisito, relamí mis labios, casi saboreando el sabor que ella misma se imaginaba, seguía la botella con mis ojos y luego solté un suspiro para calmarme- yo.. Bueno... Qué tal si pruebo un poco de vino. ¿Estaría bien? –pregunto al mayor puesto que solo tenía dieciséis no sabía si tenía la edad suficiente para dar una probada a aquella bebida “exótica” ya que siempre le decían que tenía que esperar solo un poco más, aunque claro ese “Solo un poco” nunca llegaba, mas espero la respuesta del mayor y así seguí comiendo la deliciosa comida que había preparado, vio que el contrario había terminado y le siguió con la vista, a ella aun le faltaba poco así que siguió comiendo tranquilamente-
¿Música eh?.. la odio –dijo en un tono serio mientras seguía comiendo, después solto una leve risa mientras su mano se posaba en su estómago, la otra tapaba un poco su boca, no esperaba que se creyera aquella cosa, así que para que no hubiese malentendidos volteo a verle y sonrío- mentira, me gusta, y mucho
Invitado Mar Mayo 07, 2013 5:28 am
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Al menos no había tenido una reacción negativa a su halago, poco a poco la iría enseñando y ayudando a su gusto. Le ofreció el cuenco, sabiendo que necesitaría uno.

- Pide las cosas Nino, no soy adivino - dijo cuando la otra lo cogió y rió levemente. Podía intentar adivinarlo, pero si ella aprendía a pedirle las cosas que quería, no solo en su vida diaria sino también... Debía desterrar aquellos pensamientos de su mente, que solo hacían que la deseara más y más, haciendo que su vista se fijara en el cuerpo de la menor bajo el vestido.

A pesar de tener 16 años, estaba bien desarrollada, aún le quedaba un poco más, pero ya se podría decir que era una mujercita. ¿Cómo se sentiría escuchar de sus propios labios, suplicarle por que le diera lo que su cuerpo necesitaba...? El de él, solo el suyo...

Su mente volvió a reccionar cuando le pidió un poco de vino. Bueno, es verdad que era menor, pero estaban en la intimidad de la casa, allí no pasaba nada, y no creía que llegara a emborracharse por un sorbito. Le llenó la copa solo un poco y le puso también un vaso de agua al lado de esta.

- Claro que puedes, una copa de vino durante la cena es saludable, pero como eres menor, solo te puedo dar un poco, y que quede como nuestro pequeño secreto, ¿de acuerdo? - le guiñó un ojo, cómplice, esperando hacerla sonreír.

Tras esto y la cena, comenzó a tocar una pequeña melodía en su guitarra, casi sonaba como una nana... Aunque cuando escuchó eso se interrumpió de golpe. ¿Odiar? No se había imaginado eso... Podía no gustarle, pero odiar era demasiado fuerte... Menos mal que luego lo aclaró, así pudo respirar tranquilo.

- No me des esos sustos, Nino... - rió un poco y volvió a tocar suave -. Entonces, si te gusta, te compondré una canción solo para ti...- miró la mesa, y vio que ella ya había terminado su parte -. Solo déjalo ahí, mañana lo limpiarán y recogerán todo - se separó del sofá y miró la hora. Las once de la noche... Pues sí que había pasado rápido el tiempo - Creo que es hora de que te acuestes, estarás cansada por el cambio de casa y todo... Aunque si quieres puedes ver un poco la televisión, como desees, yo iré al estudio.

Y anunciado esto, se fue a dicha habitación, con la guitarra en la mano. Era hora de dejar volar su imaginación hacia acordes desconocidos.
Invitado Mar Mayo 07, 2013 5:54 am
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¡Gracias! –dije algo emocionada, riendo por lo último que le dijo, claro que serían cómplices, si no ¿Con quién más haría esas cosas? Tome con delicadeza la copa de vino, pasándolo en mis labios para así beber de aquel líquido, entre rojizo y tinto, lo saboree, deje la copa en su lugar y sonreí con levedad, estaba deliciosa, nunca había probado algo así, deseaba un poco mas pero como condición no debía tomar más de lo que en su copa ya se había servido, así que tome la copa del agua para saciar las ganas mientras escuchaba aquella dulce y suave melodía aunque fue interrumpida por un momento, parpadee y voltee a verle- ah… Disculpa –reí leve, y al escuchar el “Mañana recogerán” me levante de mi asiento, aunque dudosa pues en casa siempre solía levantar los platos, lavarlos y ponerlos en su lugar, pero si lo decía el, debería ser verdad ¿cierto?, así que camine hasta la sala, sentándome en el sofá, viendo al igual que el mayor la hora, tan tarde era ya, bueno, la verdad se divirtió mucho con aquella persona, y tenía algo de sueño, pero hacia años no veía tele, mis pensamientos me envolvieron hasta que le oí levantarse del sofá y le seguí con la mirada- yo.. veré un poco la tele, después iré a dormir –comente y busque el control de aquella gran tele que adornaba la sala, la prendí hasta que el mayor se fue a lo que es su estudio, me gustaría entrar, pensé, sin embargo no podía sin su permiso, y esos solo se ganan con el tiempo, así que debería esperar para poder cumplir su sueño, sin más prendí la tele, abrace mis piernas y mi espalda se recargo en el respaldo del mullido sofá, había tantas cosas que ver, noticieros, películas, novelas, programas de chistes y mucho más, me quede en un canal de una serie de miedo, la vi por un momento hasta que salió algo que me hizo gritar con algo de fuerza, apagué con rapidez la tele y Salí corriendo a mi habitación, me quite rápido la ropa, importándome poco quedar solo en ropa interior pues tenía tanto miedo que solo quería esconderme debajo de las sabanas, ya en mi pequeño escondite, y claro mi ave en su jaula, asustada también, con el tiempo nos dormimos, olvidando aquel miedo-
Invitado Mar Mayo 07, 2013 6:27 am
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Le gustaba escucharla reír, y él no recordaba haber pasado una tarde tan divertida como aquella, ni entretenida. Tenía que haber ido antes a por una pet, sus días hubieran sido menos grises, aunque, quizás así no hubiera conocido a Nino, y con su música había tenido suficiente por el momento.

- No te preocupes - negó con la cabeza sonriendo por aquella pequeña broma, vaya, ella también podía hacerlas, eso indicaba que se había relajado completamente y que ya estaba prácticamente adaptada a la casa -. Como desees, buenas noches... - murmuró al escuchar que ella se quedaría viendo la televisión y luego se fue a encerrarse a su estudio.

Allí se fue al segundo piso, donde tenía en una mesa desparramados todos los papeles con anotaciones de letras y composiciones. Solo dejó que la música fluyera por sus dedos, y cuando de la guitarra salía algo que le gustaba, lo anotaba para que no se le olvidara.

¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Minutos? ¿Horas? No estaba seguro, pero de pronto escuchó algo parecido a un grito, cosa que le alarmó. ¿Qué habría pasado? Debía ser Nino la que había gritado, pero, ¿por qué? En aquella casa no había nada ni nadie que pudiera atacarla, ¿no? Confiaba en la seguridad, pero aquella posibilidad le hizo salir corriendo del estudio, dirigiéndose al salón.

- ¿Nino...? - pero parecía que ella ya había volado directa a su habitación, pues pudo ver la luz bajo la puerta que se apagaba de repente - Mmm...

Estaba aún preocupado por lo que había asustado a la chica, pero allí no se veía nada ni nadie. ¿Habría sido la televisión? Debía comprobarlo, pero, además... también quería comprobar si había seguido su consejo o no.

Se colocó frente a la puerta de la habitación de la chica y giró el pomo con suavidad. Como había imaginado, la chica no había cerrado la puerta, y eso hizo que sus ojos tornaran en un brillo algo más oscuro que como normalmente lucían. Abrió la puerta con suavidad, y entró en la habitación, cerrando tras el. Se acercó a la cama y se sentó en el borde, contemplando el rostro de la chica. Se inclinó un poco hacia ella, mientras acariciaba sus cabellos con suavidad.

- Nino... - susurró con mucha delicadeza, cerca de su oído - ¿Qué ha pasado...? - terminó por posar suavemente sus labios contra los de la chica, antes de recibir siquiera respuesta, como el príncipe que daba un beso a la princesa para que ésta se despertara, pero, ese beso iría acompañado de muchos más... Sus ojos claramente lo decían...
Invitado Mar Mayo 07, 2013 6:47 am
Invitado
-Respiraba con algo de agitación, estaba soñando que estaba en algún lugar, no sabía bien como describirlo, era borroso, con mucha gente alrededor, demasiada para mi gusto, sin embargo no tenia la edad de siempre, ¿cuatro años? Que hacia una yo de cuatro años ahí, me preguntaba, hasta que varias cosas comenzaron a perseguirme, ¿pero de donde salieron? No importaba, solo comencé a correr, mientras fuera de aquel sueño me removía de la cama, rodando en ella de un lado a otro, dentro del sueño, o mas bien pesadilla, pedia ayuda, sin embargo nadie venia, ¿sera como aquella vez? Se cuestiono aun asustada, mientras corría y corría para que esas cosas, sin figura o forma le alcanzaran, tenia mucho miedo, sentía las lágrimas correr por sus mejillas y aun así nadie venia a salvarle, tanta gente ahí, pero nadie le ayudaba, casi perdia la esperanza hasta que entre los gritos y demás escucho una voz muy agradable, familiar, y así, con lentitud de poco a poco esa pesadilla desapareció, mientras ella abría los ojos con lentitud y vio una figuran encima suyo-
Goshujinsama –comente con un deje mas apacible, aunque aun estaba algo atemorizada por los sueños, sin embargo estaba feliz porque había venido a rescatarme, le di un suave beso en los labios para después abrazarle con fuerza, casi llorando en su pecho, y es que esa pesadilla era tan vivida que temía que nunca fuera a despertar- Gracias… mi príncipe azul –reí ante aquel comentario, en cierto modo si era su príncipe azul, pero debía decirlo porque justo como ellos, le rescato de lo que tanto temía, solté un suspiro y me pegue a su cuerpo, pues ese tipo de cosas me cansaban mas de lo normal, sin embargo, no me había dado cuenta que estaba en ropa interior, todo aquel movimiento me hizo olvidar, y solo le abrace fuerte para que nunca se fuera, o por lo menos para que esa noche no me dejara sola-
Invitado Mar Mayo 07, 2013 7:10 am
Invitado
No podía dejar las cosas así, tenía que ver como estaba Nino, además, la chica no rechazaría su contacto, pues ella misma había dicho que lo quería en su habitación... ¿Sabría de lo que estaba hablando o simplemente lo había dicho por decir?

Cuando se sentó a su lado, vio algunas lágrimas por su rostro, lo que hizo que su corazón se encogiera. ¿Qué era aquello? Retiró algunas con los pulgares, antes de recibir aquel dulce beso que le supo a ternura y amor completamente... Se puso nervioso, era la primera vez que se sentía así con una mujer.

Sonrió cuando le dijo príncipe azul, pero no dijo nada, no eran necesarias palabras, había tenido una pesadilla, y ahora el solo quería cuidarla y amarla como nunca lo había hecho con ninguna otra. La estrechó con fuerza entre sus brazos cuando sintió que le abrazaba y le acarició el cabello con cuidado de no darle ningún tirón.

- Shh... Tranquila, Nino... Estoy aquí y no me voy a ir... - susurró. Con aquel gesto, las sábanas que cubrían el cuerpo de Nino habían bajado un poco, descubriendo la piel de su torso para él... Era casi imposible no refrenar el impuso de querer sentir la suavidad de su piel bajo las yemas de sus dedos, así que comenzó a acariciar suavemente su espalda, por debajo del sujetador.

Entonces, separó un poco su rostro del de ella y la miró solo un instante a los ojos, antes de lamer el resto de lágrimas que aún quedaban en sus mejillas, retirándolas completamente y pasando luego a aquellos labios, tan pequeños pero jugosos. Los lamió con cuidado, pasando luego a bsarla con suavidad e instándole con su lengua a que entreabriera su boca para que le dejara entrar allí, mientras la recostaba en la cama y comenzaba a situarse mejor sobre ella. Poco a poco se estaba dejando llevar, y esperaba que ella hiciera los mismo.

- ¿Puedo... Nino...? - susurró contra sus labios, mirándola a los ojos, aún separados de cintura para abajo por las sábanas y las ropas que llevaban cada uno, pero sus manos no podían quedarse quietas y acariciaban con suavidad la curvatura de sus caderas y cintura, queriendo provocar en su cuerpo pequeños estímulos que quizás la chica no conociera...

Así era como Bryan demostraba su amor y cariño... Nunca había conocido otra forma...
Invitado Mar Mayo 07, 2013 7:59 am
Invitado
¿Ah? –sintió aquel suave y cálido tacto, sin embargo no sentía miedo alguno, sabría que no le haría daño, se aferró a las ropas del mayor y se dejó hacer, pensando si eso sería lo correcto, sin dudas sabia a lo que se dirigían aquellas caricias ¿miedo? Habia mentido hace rato sobre ello, el miedo era una parte de sus sentimientos, que ahora fluían por su cuerpo, no miedo a el, miedo a equivocarse, ¿le dolería?, tal vez, pero si es con él, ¿importa que le dé su virginidad? No, no importa, no es molesto, se la dará gustosa, porque ¿le gusta verdad? Si es así ¿Por qué temer?, sonreí gustosa, cuando se alejó para verme, le vi directamente a los ojos, sorprendiéndome por su acción, lamer mis mejillas, sin duda fue algo muy lindo para empezar algo que acabaría en gemidos y cosas así, mi corazón latía con fuerza, y más cuando sentí sus labios contra los mios, aunque mi sonrojo se provocó porque su lengua estaba ahí insistiendo para entrar, y sin mas abrío la boca, dejándose recostar, acomodándose para que el contrario se acomodase también, todo estaba marchando a la perfeccion, hasta que vino a su mente una pregunta algo extraña para lo que estaba a punto de hacer, pues supuestmente deberían pensarse antes de estar en tal acto, aun así se cuestiono a si misma ¿seria una chica fácil? Eso era lo que le venía a la mente una y otra vez, mientras, con algo de timidez junto su lengua con la contraria, entrelazándolas un poco, sonrojándome mas por esos pequeños actos que pensé que nunca en la vida haría, aun así, entregarse, como si nada, le hacia recordad aquella pregunta que con anterioridad se había cuestionad ¿Chica fácil? Si después de todo, solo quiere sexo y luego la abandona, moriría, así que, tomo fuerzas, abrío con lentitud la boca- … Tengo miedo.. –comente observándole, acariciando su mejilla- ¿no vas a dejarme verdad? –quería asegurarse de ello, si sus palabras eran tan ciertas, si lograba decirle eso con toda la seguridad del mundo, seria suya, no solo esa noche, todas las que deseara, esperaba paciente su respuesta mientras que seguía con aquella caricia, posicionando su otra mano en el pecho del contrario-
Invitado Mar Mayo 07, 2013 8:16 am
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Era valiente, sin duda, no sentía ningún miedo hacia él a pesar de estar intentando introducirla en un mundo que jamás habría conocido, y que después de entrar en él, ya nunca más podría volver a su mundo inocente anterior. ¿De verdad era eso lo que quería? Tenía sus dudas, por un lado sí pero por el otro no...

Por el momento solo estaba besándola... Que fuera lo que sus cuerpos dijeran que fuese, ahora, si le entregaba su cuerpo y aquella primera vez solo a él, Bryan se encargaría de que aquella noche quedara guardada en la memoria de Nino como una de las mejores de su vida.

Sintió la lengua de ella alcanzar la suya, y sonrió en su interior por aquel gesto. Parecía que se dejaba llevar hasta tal punto como para atreverse ella un poquito también, pero debía recordar que ambos necesitaban aire... Por eso separó un poco su rostro del de ella, contemplando lo que la oscuridad y sus ojos dejaban ver de aquella hermosura inocente que tenía bajo él.

No se esperaba que dijera aquello, en ese momento sabía que no se refería a la pesadilla ni nada por el estilo. Suspió al sentir la caricia en su rostro y cerró los ojos. Llevó una de sus manos hasta colocarla sobre la que ella tenía en su mejilla, envolviéndola en su calor.

- No voy a dejarte, Nino - dijo completamente convencido. En su voz se veía que era una verdad irrefutable, en su interior lo sabía, aunque su mente se negara a verlo -. Te protegeré de cualquier cosa... hasta de mí mismo... así que no temas a nada... Nino... - susurró con su voz aterciopelada.

Tomó la mano de ella y giró el rostro, para posar un beso en la palma. Era lo más dulce posible con ella, quería demostrarle que no tenía nada que temer, él no iba a hacerle nada que no quisiera. Incluso, si lo echaba en aquel momento de su habitación, aunque le costara, la dejaría tranquila. Porque se había enamorado de su sonrisa y no quería que se borrara por nada del mundo.

Quería volver a ver aquella sonrisa...
Invitado Mar Mayo 07, 2013 8:35 am
Invitado
-sonreí gustoso, me levante y abrace on algo de fuerza al contrario, casi llorando por sus palabras, temblé un poco ante mis pensamientos, había visto algunas escenas de este tipo, por error, cuando cambiaba de canales, aunque solo fue un rato, la muchacha de aquella película hacia muchos ruidos, ¿Yo haria lo mismo? Se cuestiono, aunque no importaba, solo se dejaría llevar, se aparto y se recostó de nuevo en la cama, desvío por un momento su mirada, rebuscando al avecilla, que gracias al señor, había salido del cuarto a dar un paseo, casí siempre lo hacia, y con regularidad tardaba mucho, volteo a ver al mayor, me acerque con cuidado a sus labios, para darles una rápida lamida, dando a entender que podía continuar, no sin antes dar una advertencia- Se amable… por favor –casi le suplico, pues su cuerpo virgen no aguantaría tanta brutalidad al principio, tal vez, con el tiempo dejaría que fuese mas salvaje, pero claro, ahora debía acostumbrarse, además ¿Qué debería hacer ella? ¿Solo dejar que la toque? ¿ o.. debería tocarlo también?, un suave color carmín se poso en sus mejillas, sus manos que con suavidad y afecto acariciaban las mejillas del mayor, bajaron con lentitud hasta los costados de la cama, solte un suave suspiro, después de haber pensado en todo, en si habría algún problema, en haber superado aquel miedo de quedar abandonada después de tener relaciones sexuales con el mayor, todo eso desaparecio de su mente, solo podía pensar que quería vivir aquel magnifico momento con la persona que ahora estaba enfrente suyo, trago saliva con algo de fuerza, abrío la boca, decidida a decirle algo definitivo- Por favor.. hazme tuya.. Bryan –en el tiempo que había estado ahí nunca le había dicho por su nombre, eso significaba que le había ganado mucho mas cariño de lo que ya le tenia, y que, sin dudar algunas, ese cariño crecería mas con el tiempo, y nada, iba a romperlo y así de un momento a otro, las lagrimas que tenia dentro suyo, guardadas, comenzaron a fluir, no de tristeza, de alegría, ¿era el el indicado? Sin duda algúna, ese hombre, el en especial, era todo para ella, y aunque ahora no podría decirle “Te amo” estaba segura que con el pasar del tiempo, días, horas, meses se lo diría, sin miedo, y sin dudas, porque, es lo que siente y quiere demostrárselo-
Invitado Mar Mayo 07, 2013 9:05 am
Invitado
Lo que le había dicho era para tranquilizarla, pero también se lo había dicho con una sinceridad de la que ni él mismo se había visto capaz, si no, ella no le hubiera creído, no hubiera disipado ningún miedo de aquella pequeña.

Tomó su abrazo como una respuesta afirmativa y sonrió, correspondiendo a dicho gesto y acariciando su cabeza con ternura, esperando que Nino se calmara. Suspiró al sentir aquella lamida, parecía que se había calmado, pero arqueó sus cejas al escuchar tal petición... Bueno, eso demostraba su teoría, seguramente era virgen, y como tal estaría en conocimiento de varios mitos que corrían alrededor del acto sexual, pero, si se hacía bien, Nino no tendría por qué sufrir. Ahora, no iba a explicarle todo eso, solo se lo demostraría como mejor sabía.

- No te preocupes, Nino... Confía en mí... - susurró, volviendo a agacharse sobre ella, acercándose a su oído y aspirando su aroma. Si confiaba en él, le iba a mostrar un mundo del que no se iba a arrepentir.

Sintió como los brazos de Nino caían muertos a sus costados... Ya haría que poco a poco volvieran a la vida, por el momento, se dedicó a su cuello, posando suaves besos en él para después lamer su curvatura con delicadeza. Mientras tantos, sus manos estaban posadas en la cintura de la chica, acariciando con suavidad sus costados, pero la derecha comenzó a subir despacio, hasta alcanzar uno de sus pechos y acariciarlo sobre la tela. La miró para comprobar su reacción, lo estaba haciendo todo con cuidado y lentitud para que no se asustara.

Escuchar aquello, mirándola a los ojos no hizo otra cosa que estremecerlo completamente y en un impulso volvió a besar sus labios, yendo directamente a saborear su interior, como si de allí pudiera sacar el sabor de su nombre. Su nombre en los labios de ella... aquella frase... Simplemente era lo mejor que podría haber imaginado... Pero debía controlarse, por ella, por los dos.

Succionó el labio inferior de la chica, jugando un poco con el para poder calmarse y después de eso, volvió a separarse algo de ella, para quitarse su camiseta. Quería sentir la calidez que empezaría a manar de su cuerpo en su propia piel... Pero aún le quedaban más juegos... Volvió al cuello de la chica, mordiéndolo con suavidad, solo arañando en una caricia con sus dientes, mientras sus manos volvían a colocarse en la posición de antes, pero, esta vez, la mano que tenía sobre el sujetador, se coló por debajo de este, descolocándolo un poco y acariciando aquel pequeño botón rosado que poco a poco se iría endureciendo ante la estimulación que le ofrecía.

Lo mejor de todo aquello era sin duda que él había sido el primero en hacerle aquellas cosas a Nino, pero que además de ser el primero, también sería el único. Quería que fuera suya, sola y completamente suya, pero eso también implicaba que él terminaría siendo suyo...
Invitado Dom Mayo 19, 2013 11:19 am
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-se aferró a su cuerpo, dejando que le mimase, con el tiempo aquel miedo, más bien, nerviosismos que sufría se fueron, y así se dedicó a su querido amo, le escucho y sonrío levemente, acaricio de nuevo su mejilla y asintió- Confiare plenamente en ti.. –confeso con esa dulce voz que acostumbraba usar, ante las caricias de su querido amo, esta comenzó jadear, sus manos se aferraron a las sabanas, y abrió un poco las piernas para que este se acomodara mejor, aunque aún tenía algo de nervios, y no por el dolor, sino porque era su primera vez y esas cosas son especiales, además, las manos del mayor eran tan delicadas con su cuerpo, eso generaba grandes sonrojos en sus mejillas, era un momento tan especial, nadie iba a interrumpirlo- Ah.. –Aquel gemido salió involuntariamente, nunca se había escuchado de tal manera, mas supongo que era algo lindo, tomo la mano del mayor, y trago con levedad- ¿p-porque mi pecho?.. –cuestiono observándolo, aun con ese sonrojo, ¿acaso le gustaban?, ¿eran lindas para el?, todas esas preguntas inundaron su mente, y aunque deseaba preguntárselas, ¿no sería raro?, soltó un suspiro y desvié la mirada, tapo su boca con la mano que sostenía la del contrario, y a momentos volteaba a verle- yo... –tomo valor y le pregunto, observando hacia otro lugar- yo… ¿tengo lindos pechos?... –con la voz un tanto quebradiza y dudosa le cuestiono, soltando un suspiro después aunque esa pequeña calma duro solo un poco pues recibió aquel apasionado beso, por un momento me sorprendí más con lentitud correspondí, levantando mis brazos, rodeando su cuello con estos, y cuando le vi apartarse, sin evitarlo reí con levedad, me levante solo un poco y bese su mejilla-
No te preocupes... –le dije, mientras le veía con cariño- hazlo rápido, brusco, como desees, estoy decidida, quiero ser tuya, y no me asustare, resistiré, por eso, hazlo… -de cierta forma ya estaba preparada para lo que venía, digo ya estaban en esa situación, además, era el correcto, y deseaba unirse a él, aparte mis manos y las baje lentamente hasta mi vientre- eso sí, si vas a entrar, deberías esperar a que deje de doler ¿no?... –había leído una artículo sobre esas cosas y había un pequeño tip que contenía aquella información, si iba a ser su primera vez, iba a gozarla como debía-
Invitado Dom Mayo 26, 2013 1:03 am
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La muchacha decía que confiaba plenamente en él, y en aquel aspecto, sin duda, podría hacerlo, pues , además de la música, el íncubo amaba las relaciones sexuales sobre todo y era un experto en ellas.

Lo primero era estimular el cuerpo de Nino para que fuera receptivo ante él. Y parecía, por aquellos jadeos y gemidos que lo estaba consiguiendo. Simplemente el escucharla, hacía que su cuerpo temblara de excitación completamente, la estimulación auditiva era algo irresistible para Bryan.

- ¿No se siente bien si lo toco? - preguntó como respuesta a la tímida pregunta de Nino. Aquella era una zona erógena por excelencia en el cuerpo femenino, y aunque sabía que tendría otras partes sensibles en el cuerpo, iba a aprovecharse especialmente de aquella que le gustaba tanto.

Coló sus manos por detrás del cuerpo de Nino, y con manos maestras y amables, desenganchó la hebilla que mantenía el sujetador pegado a su piel, tirando después de él para mostrar aquellos redondos y perfectos pechos a su único amo. Sonrió travieso de medio lado al escuchar aquella pregunta.

- Tienes lindos pechos... - susurró, antes de volcar su rostro hacia ellos y alcanzar uno de sus pezones con los labios, saboreándolo después y succionándolo con delicadeza para provocarle más de aquellos lindos gemidos que producía su voz. Su mano derecha no se quedaba quieta, y mientras estimulaba un pezón con su lengua húmeda y cálida, el otro recibía atenciones con su pulgar - Tienes un cuerpo perfecto... - murmuró volviendo a mirarla, antes de darle un apasionado beso.

Sin duda lo que le decía Nino le tentaba demasiado, pero de su mente no se quitaba la idea de que aquella era la primera vez de la pequeña. Cuando cogieran práctica podrían hacerlo de otras formas, pero esa noche iba a ser lo más dulce y cuidadoso posible.

- No tengas prisa, pequeña roedora... Tenemos toda la noche... - murmuró y observó aquella mano que bajaba. Sus ojos rodaron hacia un lado mientras sonreía al escuchar eso. Volvió a agacharse, pero esta vez para recorrer el mismo camino que había hecho la mano de Nino con sus labios - ¿Me creerías... si te dijera... que no te dolerá...? - susurró, y entonces quitó la mano de Nino de allí y con sus dedos, comenzó a acariciar el centro de la entrepierna de la pequeña, aún con las braguitas puestas - Un orgasmo produce endorfinas - comenzó a explicarle - que anestesian el cuerpo además de dar placer... Si te llevo al orgasmo antes de penetrarte, solo sentirás una pequeña tensión al romperse el himen...

Quién le iba a decir que a aquellas alturas de la vida estaría dándole clases sobre sexo a una pet virgen... Pero así era, y no le importaba en absoluto. Tomó con sus manos los bordes de la ropa interior de la pequeña y tiró de ellos con suavidad para pasarlos por los muslos. Después abrió un poco más las piernas de Nino, colocándose entre ellas, y con sus manos separó los labios que ocultaban el clítoris entre ellos.

Si la había estimulado bien, aquella zona ya debía estar algo húmeda, pero iba a añadir más humedad al enterrar el rostro entre sus piernas y saborear aquel pequeño botón con sus propios labios. Comenzó a masturbarla, moviendo su lengua en distintas direcciones pero jugando con aquella parte de su anatomía. El orgasmo que se producía con el clítoris no era el mismo que con el de la penetración, pero para relajar a Nino y que no le doliera le vendría bien. Así que simplemente estuvo atento, estimulando a la pequeña y saboreando su propio y único sabor salado, para saber en el momento en el que estaría lista para entregarse completamente a él.
Invitado Dom Jun 02, 2013 2:06 pm
Invitado
Si, demasiado... –comento dejándose hacer, tapando un poco sus pechos cuando el contrario los destapo, solo por algo de pena, aunque al pasar el tiempo los dejo libres, para que el mayor pudiese verlo, relamí mis labios- ah... ¿q-que haces? Mngh…. Ah! –gemí de nuevo, su lengua estaba en mi pezón, se sentía tan bien y sin evitarlo estaba gimiendo con fuerza, y más porque no solo era uno, el otro también estaba siendo atendido, aunque después de un tiempo ese placer se detuvo pues el mayor se levantó ¿Perfecto? Trague algo de saliva avergonzada por sus palabras, sonrojándome de nuevo- bue… -fue interrumpida por el beso del mayor que correspondió gustosa-
Prisa… perdón… -desvíe la mirada, aguantando las ganas de llorar, ¿Pensara que soy una pervertida?, esta pregunta y otras del mismo tipo se colaron en mi cabeza, inundando mis pensamientos, comenzando a soltar unas cuantas lagrimas incontrolables, aunque las seque rápidamente para que no lo notara el mayor, solté un suspiro y asintió- e-está bien, esperare –sonreí levemente para que el mayor no se sintiera culpable, pues no era su culpa, sin embargo de un momento a otro el mayor estaba cerca de su intimidad- ¿Q-que? N-no dolerá… -cuestiono viéndole, mordiendo su labio inferior, soltando pequeños gemidos ante sus caricias, escuchando sus palabras, aunque tenía una pequeña duda- ah… ¿Qué… e-es.. Ah... Or-Orgasmo?... –cuestiono entre jadeos, pues este seguía jugueteando con la intimidad de la chica-
O-oe... –sintió su ropa interior rozar por sus piernas aunque para su reclamo ya era tarde, él estaba entre sus piernas y su lengua, tan cálida y al mismo tiempo fría estaba tocando su clítoris- ¿q-que ha-haces? –su voz sonaba quebradiza y frágil, cerro suave los ojos, gimiendo leve, aunque con el tiempo sus gemidos incrementarían y sus orbes se abrirían de a poco, disfrutando por completo lo que el chico le estaba provocando, sus piernas se abrieron más, de hecho, dejo caer sus bragas en la cama, dándole más libertad a sus piernas, abriéndolas por completo para que el mayor hiciera más con ella, al parecer así era la pequeña nino, tímida en su modo “Normal” soltando su lado pervertido cuando llegaba a ese lado de la excitación, aunque claro ese lado solo lo vería la persona especial, alguien como Bryan-
Invitado Mar Jun 11, 2013 4:35 am
Invitado
Debía controlarse... Mucho, pues los sonidos de placer que emitía la pequeña roedora solo hacían excitarle a él más y más. Sí, el oído de Bryan era muy sensible, quizás por eso su otra pasión era la música además de ir colándose de cama en cama. La miró con ternura cuando escuchó aquella disculpa.

- No pidas perdón, Nino. Solo sé tú misma... eso me hará feliz... - susurró mientras su mano tanteaba de forma experta en el centro del ser de la muchacha.

No tardó demasiado en despojarla de toda su ropa, quedando desnuda y espléndida solo para él. su pequeña musa de voz sensual que no dejaba de gemir bajo sus atenciones... No se dio cuenta de sus lágrimas, la chica había sido demasiado rápida en ocultarlas, pero él prefería hablar menos y demostrarle más lo que ambos podían disfrutar solo ellos dos juntos. Debía explicarle a aquella muchacha lo básico, pero lo mejor en el sexo eran las clases prácticas y no las teóricas, aunque... ¿De verdad que no sabía lo que era un orgasmo?

- No te preocupes... pronto te haré sentirlo y tu cuerpo se quedara tembloroso y deseoso del mío... - murmuró con esa sonrisa pícara característica únicamente de él.

Separó los labios de la sexualidad de la chica, y, sin pudor alguno, introdujo su lengua entre los pliegues, moviéndola como sólo él sabía hacer para producirle un incontrolable placer. Sus manos rodearon los muslos de Nino al sentir que esta abría más sus piernas, profundizando más su lengua en el sexo y rodeando el clítoris para estimularlo. Respiraba pesadamente por la nariz, para no tener que separarse de ella y llevarla al orgasmo más rápidamente, pues sentía que de solo escucharla y ver que poco a poco su instinto animal se estaba despertando, estaba listo para hacerle todas esas cosas por las que había dicho que esperaría.

Cerró los ojos con fuerza para controlarse, calculaba que debía quedarle poco tiempo para alcanzar aquel estado de embriaguez deseado y que su boca se inundaría de aquel sabor característico de Nino.

Esperó por ese momento, esperó a que ella estuviera lista para él, antes de separarse de ella, levemente jadeante, y contemplarla como el amo poderoso que era, desde arriba y con las pupilas dilatadas de puro deseo. Su cuerpo daba evidencias de que él también estaba demasiado excitado e incluso sentía como los pantalones le apretaban, así que deshizo la cremallera y los bajó algo, relamiéndose los labios con el sabor de Nino y tocando, de nuevo sin pudor alguno, su propio miembro descubierto sobre la ropa interior.

- ¿Me deseas, Nino...? ¿Me quieres dentro de ti...? Pídemelo, Nino, pídemelo y te daré cualquier cosa que desees...
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