Estamos en casa(Priv.feliciano)

Caminó junto al rubio sin quejarse en ningún momento, al contrario, ir caminando a su lado era mucho más divertido que ir solo, sin duda. Pero entonces & de pronto, empezó a notar que todas las casas eran iguales. Las mismas tejas, el mismo color, hasta las mismas decoraciones si se descuidaba. Pero una de ellas sobre salía entre la multitud, y se trataba de una casita con una pequeña banderita alemana. Cosa que a Feliciano le llamó la atención, pero no hizo ningún comentario por el momento.

Simplemente entró curioso cuando el alemán le cedió el paso, entre abriendo sus ojos. Sorprendido, hacía tiempo ya que no veía una casa, un lugar como ese que no fuera una jaula o esa habitación medio vacía, y por eso es que llamaba tanto su atención. Vee~ ¡Es muy bella! Fueron las primeras palabras que salieron de sus labios, girándose para ver al alemán con una agradable sonrisa en el rostro, mientras iba de un lado al otro, mirando cada objeto, cada banderita, absolutamente todo.

Y entonces unas simples palabras lograron hacer que el conejo disparara hacia la habitación que creía ser del alemán, tirándose sobre su cama de lleno. Estiró sus brazos & giró un par de veces al sentir lo cómoda que era, todo lo contrario a la suya cuando 'vivía' en la tienda. Aprovechó que el alemán estaba en la cocina para cerrar los ojos, suspirando & riendo a la vez de forma boba.
Esto es muy cómodo ve~ me gusta..

Por un momento casi hasta se quedaba dormido sobre la cómoda cama del alemán, era suavecita & grande, bastante amplia. A veces extrañaba dormir en su camita, -No la de la tienda obviamente.- Si no la de su casa, esa camita con miles de peluches que siempre cambiaba a cada día. Recordó el suyo & tomó al pequeño tomate esponjoso, abrazándolo contra el antes de quedar medio dormido, y terminar siendo despertado por el alemán que anunciaba el almuerzo.

En ese momento se sobresaltó & terminó por caer al suelo de forma olímpica, nunca se había acostumbrado a que le llamaran de esa forma. ¡V-Ve! En dos segundos, ya estaba sobre la mesa, sobándose ligeramente la cabeza. Pero sus penas & su sueño desaparecían al ver semejante plato de pasta sobre la mesa, se veía tan delicioso.. y el, como todo buen gourmet que era aun que ni siquiera se diera cuenta, o no supiera qué significaba esa palabra, haría los honores de probarlo como era debido.

Mh~ me gusta Ludwig~ Murmuró luego de enrollar un poquito en su tenedor, llevándoselo a la boca luego de esto. Hacía tiempo que no tenía oportunidad de aprovechar un buen plato de pasta como el que tenía frente a sus ojos en ese mismo instante. Por eso mismo no quiso esperar mucho, y luego de elogiar su comida empezó a comer tan bakamente como siempre, aun que se podía notar que degustaba la comida, recordando que seguramente no comería pasta muy seguido. ¡Ludwig! Te extrañe ve~ ¡por un momento pensé que ya no vendrías a buscarme & me quedaría solito con mi peluche esperando que algún día volvieras~! Dijo todo rápidamente para después, seguir comiendo nuevamente, mirando al alemán con una sonrisita tierna en los labios. Hacía tiempo ya que no le quitaba la vista de encima, era.. era raro, y lindo a la vez ♥.

-Le miro de reojo mientras devoraba los fideos que tenía frente a el, como siempre que veía un buen plato de pasta cerca suyo. Tenía la suerte de estar con Ludwig, sabia que con el a pesar de todo podría comer pasta más seguido. Escuchó su comentario & ladeo apenas el rostro para verle, el italiano siempre era muy selectivo a lo que comida se refiere. Si, con esa cara de idiota y todo, no se deja engañar tan fácilmente cuando le ponen un plato de comida frente a el. Todo empieza desde el aspecto, el aroma & gusto, por ello muchas veces ni siquiera comía en la tienda. Además de la compañía. Estar con el & comer un buen plato de pasta, era como estar en el cielo. Bueno, tal vez exageraba un poquito.

Ve.. pero si cuando tu llegaste yo estaba durmiendo.. Susurro por lo bajo, cerrando los ojos al sentir que le acariciaba la cabeza, mirándole con medio rostro cubierto de salsa. No entendía, para el, el rubio no había llegado tarde. Al contrario, el italiano pensaba que aún era temprano, y por ello mismo, aun que le esperó durante toda la noche y en esos momentos si le parecía que tardaba, a la hora de despertar, es como si nada de eso hubiera pasado. Bueno, era todo un tema.

Suspiró tranquilamente antes de seguir comiendo como si nada, pese a tener la mitad del rostro cubierto por pequeñas manchitas rojas, del tomate, a veces no se percataba de ese no tan pequeño detalle hasta que alguien terminaba regañándole por ello. En la tienda, casi siempre eran puros castigos. O por que se iba sin avisar, por que se quedaba dormido en lugares donde ni siquiera debería estar. O por que era de mente muy cuadrada e infantil para entender las cosas. Muchos a veces se preguntaban si su verdadera edad sería la de un adolescente-adulto de 18 años, o si era confundido con la de un pequeño, aun que el italiano muchas veces sacaba a luz esa parte de el que, demostraba que si era una persona medianamente mayor. Pero, eso muy pocas veces sucede.

Frunció el ceño de forma cómica al oírle, mirándole también a los ojos con una sonrisita que difícilmente podría ser borrada de su rostro cubierto por esa deliciosa salsa de tomate. Tanto en los ojos del italiano como en los del contrario, se podía ver cierto brillo, el italiano en verdad estaba feliz de haber salido de la tienda, y que justamente le hubiera comprado el rubio, a quien había visto el día anterior. Sonrió aún más amplio por ese pensamiento, corriendo un poco su silla para quedar a su lado & así estirarse para besar su mejilla, tan natural como siempre, antes de continuar comiendo a su lado. Dio un par de probadas más antes de hablar o reír de forma boba, como todo en el, saboreando siempre la comida. Hera hera~ Rió al principio, no solía comer muchas frutas, aun que una manzana nunca estaba de más. ¿Frutas ve~? Le preguntó, ladeando ligeramente la cabeza, encogiéndose a la vez un poco de hombros. Pero a mi me gustan los dulces Ludwig~ Le reprochaba como cual niño pequeño, terminándose de a poco el plato, pasando a tomar un poco del zumo que el rubio había dejado también, completamente lleno.

Se pudo apreciar esto último por un gran suspiro, llevándose las manos a su estómago para acariciarlo apenas, mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro del alemán, acercando su silla de tal forma que estaba pegada a la contraria. Se abrazó a su brazo & alzó el rostro, mirándole de esa forma tierna que, uno a veces se preguntaba cual era su edad, pues su rostro & su sonrisa tan inocentes, no eran para un chico de su edad.

El italiano al contrario, no era amante delas frutas & verduras, tal vez por que nunca tuvo oportunidad de explorar por completo todo aquello, el tiempo que pasó en su casa mayormente comía pasta o tomates, aun que sólo a veces, & luego en la tienda ni siquiera sabía que le daban. Era algo variado pero, jamás se animó a preguntar. El italiano comía & ya, tenía que conformarse con ello. Al nombrar los chocolates su mirada se iluminó por un momento, varias veces los había probado & estos eran demasiado deliciosos, a la vez que también eran adictivos. Uhm.. ¡Amo los chocolates ve~! Exclamaba todo contento, desviando apenas un poco la mirada hacia una ventana que estaba a medio abrir, notando que de ella entraba una pequeña mariposa.

Hera.. hera.. Farfalla~ Mira mira, una farfalla~ Susurró por lo bajo, viendo que esta cada vez se acercaba más a ellos, empezando a girar al rededor del italiano. Se desvió un poco de ella cuando el contrario le besó la frente, mirándole por un momento con un pequeño rubor en las mejillas, antes de que la pequeña mariposa blanca se posara sobre su nariz. El italiano intentó mirarla aun que se le hacía algo imposible, además la pequeña mariposa comenzaba a hacerle cosquillas. Cerró un ojo & quiso apartarla, pero un estornudo provocó que la mariposa se fuera, & que el italiano sin esperar nada se sentara sobre el alemán, abrazándole & escondiéndose de lo que ahora sería su nueva enemiga. ¡A-Aléjala Ludwig! ¡Aléjala! Pedía como si la pequeña mariposa fuera un ejército completo, negando una & otra vez de forma cómica.