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Dos malos muy bien disimulados (Privado Tetsuya)
Invitado
No podía dar crédito a sus oídos... ¿De verdad aquel hombre, el dependiente de la tienda que había conocido tan solo unos días antes, había ido a comprarla expresamente a ella? Se fue girando de nuevo para mirarle, con aquellos ojos azul hielo, mínimamente sorprendidos e incrédulos... No podía ser, si aquel hombre lo deseaba y tenía el dinero suficiente, podría comprar cualquier otra mascota que se le antojara, y Hannah aseguraba que cualquier otra sería mejor que ella, pues eso de la sumisión y que la trataran como a un gato doméstico no iba mucho con ella.
Solo tenía una respuesta posible a aquella cuestión: capricho. Pero, ¿de qué se había encaprichado en concreto? ¿De su cuerpo...? No le dio demasiado tiempo a pensar, pues parecía que no quería seguir hablando allí, y ella ciertamente tampoco, así que, con sus manos unidas recatadamente sobre su falda, lo siguió hacia el exterior de la tienda y ni siquiera volvió a mirar al dependiente o al edificio que la había protegido, pero también encerrado durante aquel tiempo.
Ahora solo se disponía a seguir a aquel hombre, pero llena de dudas... ¿Y si en realidad sí que sabía algo de su hermano y se disponía a entregarla? Tenía que mantenerse entonces con la guardia alta, preparada para todo lo que pudiera acontecer.
Seguía escuchándole... Vaya, no sabía por qué estaba allí... Entonces, ¿era más probable la teoría del capricho? A saber, comenzaba a cansarse de intentar analizar a aquel hombre y sus intenciones.
- No soy una pet... - murmuró automáticamente al escuchar lo último, no había podido evitar contestar - Realmente, soy una maid, así que no tiene por qué tratarme como a una mascota, sino como a una de sus sirvientas... Si es que realmente me ha comprado para eso... - lo último lo murmuró entre dientes, en un tono algo más bajo pero sin miedo a que él lo escuchara, Hannah no temía ninguna represalia que pudiera caer sobre su persona, y empezaba a pensar que lo que realmente quería aquel hombre era su cuerpo. Bien, eso lo podía aprovechar y no le importaba en absoluto, por muy frívola que sonara -. Quisiera saber algo... - añadió después de un silencio, yendo detrás de él al seguirle - ¿Esto tiene algo que ver con el pago de nuestro trato...? Si es así, no me importará servirle el tiempo que estime necesario a cambio de que mis servicios vayan contribuyendo a alcanzar mi objetivo...
Incluso, si lo pensaba bien, con aquello podría terminar comprando su libertad también, solo tendría que trabajar un poco más, pero el hecho era que en aquellos momentos le pertenecía a aquel hombre...
- ¿Debería llamarle "Amo"?
Solo tenía una respuesta posible a aquella cuestión: capricho. Pero, ¿de qué se había encaprichado en concreto? ¿De su cuerpo...? No le dio demasiado tiempo a pensar, pues parecía que no quería seguir hablando allí, y ella ciertamente tampoco, así que, con sus manos unidas recatadamente sobre su falda, lo siguió hacia el exterior de la tienda y ni siquiera volvió a mirar al dependiente o al edificio que la había protegido, pero también encerrado durante aquel tiempo.
Ahora solo se disponía a seguir a aquel hombre, pero llena de dudas... ¿Y si en realidad sí que sabía algo de su hermano y se disponía a entregarla? Tenía que mantenerse entonces con la guardia alta, preparada para todo lo que pudiera acontecer.
Seguía escuchándole... Vaya, no sabía por qué estaba allí... Entonces, ¿era más probable la teoría del capricho? A saber, comenzaba a cansarse de intentar analizar a aquel hombre y sus intenciones.
- No soy una pet... - murmuró automáticamente al escuchar lo último, no había podido evitar contestar - Realmente, soy una maid, así que no tiene por qué tratarme como a una mascota, sino como a una de sus sirvientas... Si es que realmente me ha comprado para eso... - lo último lo murmuró entre dientes, en un tono algo más bajo pero sin miedo a que él lo escuchara, Hannah no temía ninguna represalia que pudiera caer sobre su persona, y empezaba a pensar que lo que realmente quería aquel hombre era su cuerpo. Bien, eso lo podía aprovechar y no le importaba en absoluto, por muy frívola que sonara -. Quisiera saber algo... - añadió después de un silencio, yendo detrás de él al seguirle - ¿Esto tiene algo que ver con el pago de nuestro trato...? Si es así, no me importará servirle el tiempo que estime necesario a cambio de que mis servicios vayan contribuyendo a alcanzar mi objetivo...
Incluso, si lo pensaba bien, con aquello podría terminar comprando su libertad también, solo tendría que trabajar un poco más, pero el hecho era que en aquellos momentos le pertenecía a aquel hombre...
- ¿Debería llamarle "Amo"?
Invitado
Mientras caminaba el demonio se percató de que iba muy por delante de la mujer, por lo que aminoró un poco y se situó a lado de esta para poder escucharla mejor cuando hablase y también para poder permitirse el lujo de examinar con más detenimiento sus ropas. Entonces fue ella quien habló ahora, rompiendo el silencio que rato antes se había creado tras las palabras de Tetsuya. Un silencio que no había sido roto hasta aquel momento por Hannah. ¿No era una pet? Es decir... ¿Le estaba explicando que dentro de aquello de pets, ella era una maid? ¿O qué una maid era algo muy distinto a las pets? Hizo un esfuerzo mental por entender el tema, pero no llegó a ninguna conclusión aparte de las palabras que le dijo la mujer de pelo blanco. Era como una de sus sirvientas, pero Tetsuya no estaba seguro de querer tratarla como tal, ni siquiera estaba seguro de por qué la había comprado, pero tampoco era algo que le importara en aquel momento. Quizás... Pudiera explicárselo tanto a ella como a si mismo más adelante - Siendo sincero, voy a decirle que no sé para que la he comprado, aunque es un detalle a tener en cuenta eso de que es una maid. - Contestó con tranquilidad mientras andaba sin darse demasiada prisa por llegar a su destino - Y no, en un principio no tiene nada que ver con el pago del trabajo, pero creo que si podría considerarlo como parte de tal... Aunque es complicado, porque, después de todo he sido yo quien ha pagado por su libertad. - Se llevó una mano a la barbilla pensativo - Aun así a lo pensaré y quizás más adelante podamos hablar del trato y la forma de pago. De momento, como ya le dije esto puede ayudarnos con las búsqueda y le permitirá más libertad a la hora de moverse. - Aclaró.
Ya iba quedando menos camino para llegar hasta la mansión, pero Tetsuya pensó que la próxima vez iba a ser mejor coger un vehículo que pudiera llevarles, pero tampoco estaba mal, así, si la mujer salía en algún momento no tendría ocasión de perderse ya que podría acordarse del camino si no tenía una memoria tan mala como la que él tenía. Al formular Hannah su última pregunta el demonio abrió los ojos con cierto interés y no pudo evitar esbozar una sonrisa que superaba los límites de la picardía - La verdad es que no puedo negar que me guste la idea, pero no, no tiene obligación de hacerlo. Es más, tiene todo el permiso del mundo para tutearme si lo desea y para llamarme por mi nombre. - Explicó tranquilamente - Me gustaría que aparte de ver lo que ahora somos, también viera esto como una compañía mutua, un modo de libertad para usted y una ayuda en sus propósitos... Pero no niego que el algún momento pueda sentir interés por el trato señor/maid. - Se encogió de hombros y se detuvo frente a la verja que servía de puerta principal a los jardines de la casa. Como era de esperar, antes de que estuviera allí, James ya aguardaba en la puerta, por lo que al entrar los recibió a ambos con una inclinación clásica de los modales orientales - Bienvenido a casa señor - Dijo el mayordomo muy educadamente antes de dirigirse a la mujer - Señorita, es un placer tenerla por aquí. Mi nombre es James y espero poder ayudarla en cualquier momento si es necesario. El señor me ha pedido que la trate como a él, así que si necesita de algo en cualquier momento avíseme de ello. - El mayordomo volvió a inclinarse antes de volver la vista a su señor.
- La habitación está preparada señor, tal y como usted lo pidió, junto a la suya. - Explicó con tranquilidad mientras acompañaba tanto a Tetsuya como a Hannah al interior de la enorme casa - Es una habitación grande, por lo que aun se puede decorar un poco más si es el deseo de la señorita. - El mayordomo se detuvo frente al cuarto antes de abrir una de las puertas correderas y mostrar como había quedado decorado el interior con una enorme cama en la que fácilmente podían caber dos e incluso más personas, varios muebles donde guardar cosas y un enorme armario que seguramente tenía algo de ropa para la mujer - Me he tomado la libertad de escoger algunos kimonos y prendas de vestir más comunes para la señorita, tal y como usted me sugirió, señor. - Tetsuya invitó a pasar primero a la mujer y cuando esta lo hizo entró el - Muchas gracias James, esto es todo por ahora. El resto del tiempo úsalo para lo que quieras. - El hombre asintió y sonrió levemente - Gracias señor. Bienvenida de nuevo, señorita, espero que su estancia aquí sea cómoda y por favor... Le rogaría que cuidara al joven Tetsuya de sí mismo. - Y dicho esto se retiró cerrando la puerta y dejando a Tetsuya con un ligero rubor en las mejillas. Después de todo lo sucedido en años, aquel mayordomo continuaba pensando que era un desastre en algunas ocasiones y tampoco es que se equivocara demasiado, pues el demonio tenía momentos en los que se podía dudar si era más humano que demonio.
- Bueno... - dijo después de un momento de silencio - Puedes administrar el espacio como veas necesario. - Explicó - Respecto a la ropa, supuse que con alguna vestimenta más tradicional y ropa de calle más normal valdría, pero si tienes necesidad de algo más de tu gusto... - Hizo una nueva pausa antes de continuar - No dudes en pedírmelo. - No sabía cómo iba a llevar aquella relación tan rara que había comenzado con la compra de la maid, pero si tenía claro que en algunos aspectos podría consentirla si era eso lo que ella deseaba - La cama también es toda tuya, así que no hay necesidad de que duermas en una sola esquina. - Realmente no le era necesario decir aquello, pero lo veía como aliciente quizás para pensar un poco más en lo que podría decirle respecto a cómo iban a ser las cosas de ahora en adelante.
Ya iba quedando menos camino para llegar hasta la mansión, pero Tetsuya pensó que la próxima vez iba a ser mejor coger un vehículo que pudiera llevarles, pero tampoco estaba mal, así, si la mujer salía en algún momento no tendría ocasión de perderse ya que podría acordarse del camino si no tenía una memoria tan mala como la que él tenía. Al formular Hannah su última pregunta el demonio abrió los ojos con cierto interés y no pudo evitar esbozar una sonrisa que superaba los límites de la picardía - La verdad es que no puedo negar que me guste la idea, pero no, no tiene obligación de hacerlo. Es más, tiene todo el permiso del mundo para tutearme si lo desea y para llamarme por mi nombre. - Explicó tranquilamente - Me gustaría que aparte de ver lo que ahora somos, también viera esto como una compañía mutua, un modo de libertad para usted y una ayuda en sus propósitos... Pero no niego que el algún momento pueda sentir interés por el trato señor/maid. - Se encogió de hombros y se detuvo frente a la verja que servía de puerta principal a los jardines de la casa. Como era de esperar, antes de que estuviera allí, James ya aguardaba en la puerta, por lo que al entrar los recibió a ambos con una inclinación clásica de los modales orientales - Bienvenido a casa señor - Dijo el mayordomo muy educadamente antes de dirigirse a la mujer - Señorita, es un placer tenerla por aquí. Mi nombre es James y espero poder ayudarla en cualquier momento si es necesario. El señor me ha pedido que la trate como a él, así que si necesita de algo en cualquier momento avíseme de ello. - El mayordomo volvió a inclinarse antes de volver la vista a su señor.
- La habitación está preparada señor, tal y como usted lo pidió, junto a la suya. - Explicó con tranquilidad mientras acompañaba tanto a Tetsuya como a Hannah al interior de la enorme casa - Es una habitación grande, por lo que aun se puede decorar un poco más si es el deseo de la señorita. - El mayordomo se detuvo frente al cuarto antes de abrir una de las puertas correderas y mostrar como había quedado decorado el interior con una enorme cama en la que fácilmente podían caber dos e incluso más personas, varios muebles donde guardar cosas y un enorme armario que seguramente tenía algo de ropa para la mujer - Me he tomado la libertad de escoger algunos kimonos y prendas de vestir más comunes para la señorita, tal y como usted me sugirió, señor. - Tetsuya invitó a pasar primero a la mujer y cuando esta lo hizo entró el - Muchas gracias James, esto es todo por ahora. El resto del tiempo úsalo para lo que quieras. - El hombre asintió y sonrió levemente - Gracias señor. Bienvenida de nuevo, señorita, espero que su estancia aquí sea cómoda y por favor... Le rogaría que cuidara al joven Tetsuya de sí mismo. - Y dicho esto se retiró cerrando la puerta y dejando a Tetsuya con un ligero rubor en las mejillas. Después de todo lo sucedido en años, aquel mayordomo continuaba pensando que era un desastre en algunas ocasiones y tampoco es que se equivocara demasiado, pues el demonio tenía momentos en los que se podía dudar si era más humano que demonio.
- Bueno... - dijo después de un momento de silencio - Puedes administrar el espacio como veas necesario. - Explicó - Respecto a la ropa, supuse que con alguna vestimenta más tradicional y ropa de calle más normal valdría, pero si tienes necesidad de algo más de tu gusto... - Hizo una nueva pausa antes de continuar - No dudes en pedírmelo. - No sabía cómo iba a llevar aquella relación tan rara que había comenzado con la compra de la maid, pero si tenía claro que en algunos aspectos podría consentirla si era eso lo que ella deseaba - La cama también es toda tuya, así que no hay necesidad de que duermas en una sola esquina. - Realmente no le era necesario decir aquello, pero lo veía como aliciente quizás para pensar un poco más en lo que podría decirle respecto a cómo iban a ser las cosas de ahora en adelante.
Invitado
Al final había terminado siguiendo a aquél hombre sin tener muy claro por qué la había comprado o hacia dónde se dirigían, al menos. Él podía no tener las cosas muy claras, pero ella sí y por eso le dijo la diferencia entre una pet y ella, si fuera una pet, no cobraría por sus servicios, pues solo era una mascota y las mascotas no hacían nada, solo complacían a sus amos. Ella era más bien como una esclava pero con derechos. Esperaba que lo hubiera comprendido, pero por lo que dijo, estaba claro que no. En fin, no iba a gastar más saliva inútilmente con ese asunto.
Lo que le interesaba más era la forma de pago, esa podría haber sido una de las razones de su compra, pero al parecer tampoco... ¿Qué tenía aquel hombre en la cabeza?
- Pero yo podría pagarle por mi libertad junto al precio por el antídoto... - murmuró, intentando inducirle a aquella respuesta. Había dicho que lo pensaría, bueno, era mejor que nada. De todas formas, pertenecerle a aquel hombre... No, ella no le pertenecía a nadie y cuando llegara el momento realizaría su venganza costara lo que costase. Como si tenía que huir de él para poder llevarla a cabo.
De todas formas, lo mejor sería que se confiara por el momento. Era la mejor estrategia que podía seguir para conseguir lo que quería, por lo tanto, era la mejor opción y era lo que haría. Fue por eso que le preguntó acerca de cómo tratarlo. Enarcó una ceja levemente al escuchar eso. A ella no la engañaba en absoluto. Todos los hombres tienen su orgullo masculino y ella sabía perfectamente que en el fondo le gustaría que le llamara así. Además, a Hannah se le haría más fácil llamarle "amo" que tutearle o llamarle por su nombre propio, puesto que la primera opción era más impersonal y le permitía no tener que implicarse tanto.
- Entonces le llamaré amo - zanjó ella con su fría voz sin sentimiento alguno. ¿Mutua compañía? ¿Libertad para ella? Cada vez tenía menos claro lo que sucedía con aquel hombre - Y, entonces, ¿usted que gana con todo esto? ¿Con lo que ha comprado? - no podía evitar preguntárselo. Sabía que todo se hacía por un motivo, y la aparente amabilidad que tenía hacia ella y el por qué la ayudaba, Hannah estaba segura que tendría una intención tras ello. Era incapaz de pensar otra cosa o que lo hiciera sin ánimo de lucro, su mundo y su mente no funcionaban así.
Cuando su amo se paró de repente, ella hizo lo mismo, y alzó su mirada hacia la casa de dos plantas que se encontraba frente a ella. Vaya, bastante amplia y grande... Aquellos jardínes le gustaban, pues le daban la sensación de mayor libertad que a su parte de pantera le encantaba. Solo había una pega: mucho más que limpiar. Pero bueno, no tendría otra cosa que hacer tampoco. Bajó su mirada hacia el hombre que les estaba dando la bienvenida cuando este le llamó señorita. Se sorprendió bastante, pues, al verle estaba claro que era uno de los sirvientes de la casa y por tanto un "compañero de oficio" y, sin embargo, la trataba como a una superior. Miró a Tetsuya un poco desubicada, aún pendiente de las palabras del mayordomo.
- No será necesario, no se preocupe, y tampoco debe tratarme como a su señor, pues yo soy una simple maid y estoy en el mismo rango que usted - aclaró cuando tuvo oportunidad -. Llámeme Hannah - hizo una ligera reverencia, presentándose al mayordomo.
Al escuchar lo de la habitación, su sorpresa ya no podía ser más grande. ¿Pero qué estaba pasando allí? Sin embargo, no dio muestra alguna de aquel sentimiento, y solo siguió a ambos hombres por la casa, inspeccionando su interior para no perderse en ella una vez la dejaran sola. Empezaba a pensar que estaría mucho tiempo entre aquellas paredes, así que podría acostumbrarse poco a poco a aquel lugar.
Se asomó levemente curiosa a la habitación después de que James descorriera la puerta. ¿Era aquello lo adecuado para una maid? O aunque pretendiera tratarla como a una pet, ¿era así como vivían normalmente? Rodeados de lujos?
- Muchas gracias por todo... - murmuró, sin destinatario definido. Hannah podría ser todo lo mala que quisiera, pero sabía agradecer las cosas, era una de sus pocas virtudes. Entró a la habitación, deseando ver los vestidos, pues estaba harta de aquella ropa que la cubría y la hacía sentir más miserable aún de lo que era. Pero no pudo hacerlo porque el mayordomo le dijo algo que hizo que lo mirase inmediatamente. ¿Qué era lo que había querido decir con aquello? - Haré lo que pueda... - murmuró simplemente, solo porque aquel hombre se quedara tranquilo. ¿Qué era lo que tenía su amo en su interior que era necesario que se protegiera? Esto hizo que se volviera de nuevo a mirarle con un brillo de curiosidad en sus ojos azules hielo cuando se quedaron solos.
- Como ya he dicho, no será necesario... No necesito lujos de ningún tipo... - mentira, sí que los necesitaba, pero no de la caridad, se los ganaría ella misma en su momento. Se acercó al armario y abrió las puertas de este para ver lo que había en su interior. Bien, no podía negar que algunos eran bastante bonitos y hubo uno que le llamó la atención, era completamente de su estilo. Lo tomó del armario y volvió a mirarle con una ceja ennarcada - Si el amo lo desea, no tengo por qué dormir sola en la cama... - murmuró quedamente sin mirarlo, pero con una clara intención. Si su cuerpo servía para engatusar a aquel hombre y que confiara más en ella, no tenía problema alguno en usarlo.
Dejó el kimono encima de la cama y entonces comenzó a desabrochar los botones de su vestido sin problema alguno. Cuando todos estuvieron fuera de los ojales, dejó el vestido caer al suelo, descubriendo así un corpiño negro con unos ligueros, sujetando el izquierdo una navaja, pero esta se ocultaba a Tetsuya por la perspectiva.
¿Podría parecer muy atrevida? En absoluto, aquel hombre había comprado su cuerpo y, aunque en general a Hannah no le importaba mostrarlo porque no sentía vergüenza alguna, con ese hombre menos, pues era más suyo que de ningún otro aunque Hannah no lo hubiera elegido. Tomó el pequeño trozo de tela, y se lo puso por encima. Vaya, comprobándolo le quedaba perfectamente. Se miró al espejo y anudó el cinturón a su cintura. Luego se giró a su Tetsuya.
- Entonces... ¿Cuál es la primera tarea que me encarga...? - se acercó a él con movimientos felinos, característicos de su parte pantera, pero con los ojos fríos como la nieve - ¿... amo?
Lo que le interesaba más era la forma de pago, esa podría haber sido una de las razones de su compra, pero al parecer tampoco... ¿Qué tenía aquel hombre en la cabeza?
- Pero yo podría pagarle por mi libertad junto al precio por el antídoto... - murmuró, intentando inducirle a aquella respuesta. Había dicho que lo pensaría, bueno, era mejor que nada. De todas formas, pertenecerle a aquel hombre... No, ella no le pertenecía a nadie y cuando llegara el momento realizaría su venganza costara lo que costase. Como si tenía que huir de él para poder llevarla a cabo.
De todas formas, lo mejor sería que se confiara por el momento. Era la mejor estrategia que podía seguir para conseguir lo que quería, por lo tanto, era la mejor opción y era lo que haría. Fue por eso que le preguntó acerca de cómo tratarlo. Enarcó una ceja levemente al escuchar eso. A ella no la engañaba en absoluto. Todos los hombres tienen su orgullo masculino y ella sabía perfectamente que en el fondo le gustaría que le llamara así. Además, a Hannah se le haría más fácil llamarle "amo" que tutearle o llamarle por su nombre propio, puesto que la primera opción era más impersonal y le permitía no tener que implicarse tanto.
- Entonces le llamaré amo - zanjó ella con su fría voz sin sentimiento alguno. ¿Mutua compañía? ¿Libertad para ella? Cada vez tenía menos claro lo que sucedía con aquel hombre - Y, entonces, ¿usted que gana con todo esto? ¿Con lo que ha comprado? - no podía evitar preguntárselo. Sabía que todo se hacía por un motivo, y la aparente amabilidad que tenía hacia ella y el por qué la ayudaba, Hannah estaba segura que tendría una intención tras ello. Era incapaz de pensar otra cosa o que lo hiciera sin ánimo de lucro, su mundo y su mente no funcionaban así.
Cuando su amo se paró de repente, ella hizo lo mismo, y alzó su mirada hacia la casa de dos plantas que se encontraba frente a ella. Vaya, bastante amplia y grande... Aquellos jardínes le gustaban, pues le daban la sensación de mayor libertad que a su parte de pantera le encantaba. Solo había una pega: mucho más que limpiar. Pero bueno, no tendría otra cosa que hacer tampoco. Bajó su mirada hacia el hombre que les estaba dando la bienvenida cuando este le llamó señorita. Se sorprendió bastante, pues, al verle estaba claro que era uno de los sirvientes de la casa y por tanto un "compañero de oficio" y, sin embargo, la trataba como a una superior. Miró a Tetsuya un poco desubicada, aún pendiente de las palabras del mayordomo.
- No será necesario, no se preocupe, y tampoco debe tratarme como a su señor, pues yo soy una simple maid y estoy en el mismo rango que usted - aclaró cuando tuvo oportunidad -. Llámeme Hannah - hizo una ligera reverencia, presentándose al mayordomo.
Al escuchar lo de la habitación, su sorpresa ya no podía ser más grande. ¿Pero qué estaba pasando allí? Sin embargo, no dio muestra alguna de aquel sentimiento, y solo siguió a ambos hombres por la casa, inspeccionando su interior para no perderse en ella una vez la dejaran sola. Empezaba a pensar que estaría mucho tiempo entre aquellas paredes, así que podría acostumbrarse poco a poco a aquel lugar.
Se asomó levemente curiosa a la habitación después de que James descorriera la puerta. ¿Era aquello lo adecuado para una maid? O aunque pretendiera tratarla como a una pet, ¿era así como vivían normalmente? Rodeados de lujos?
- Muchas gracias por todo... - murmuró, sin destinatario definido. Hannah podría ser todo lo mala que quisiera, pero sabía agradecer las cosas, era una de sus pocas virtudes. Entró a la habitación, deseando ver los vestidos, pues estaba harta de aquella ropa que la cubría y la hacía sentir más miserable aún de lo que era. Pero no pudo hacerlo porque el mayordomo le dijo algo que hizo que lo mirase inmediatamente. ¿Qué era lo que había querido decir con aquello? - Haré lo que pueda... - murmuró simplemente, solo porque aquel hombre se quedara tranquilo. ¿Qué era lo que tenía su amo en su interior que era necesario que se protegiera? Esto hizo que se volviera de nuevo a mirarle con un brillo de curiosidad en sus ojos azules hielo cuando se quedaron solos.
- Como ya he dicho, no será necesario... No necesito lujos de ningún tipo... - mentira, sí que los necesitaba, pero no de la caridad, se los ganaría ella misma en su momento. Se acercó al armario y abrió las puertas de este para ver lo que había en su interior. Bien, no podía negar que algunos eran bastante bonitos y hubo uno que le llamó la atención, era completamente de su estilo. Lo tomó del armario y volvió a mirarle con una ceja ennarcada - Si el amo lo desea, no tengo por qué dormir sola en la cama... - murmuró quedamente sin mirarlo, pero con una clara intención. Si su cuerpo servía para engatusar a aquel hombre y que confiara más en ella, no tenía problema alguno en usarlo.
Dejó el kimono encima de la cama y entonces comenzó a desabrochar los botones de su vestido sin problema alguno. Cuando todos estuvieron fuera de los ojales, dejó el vestido caer al suelo, descubriendo así un corpiño negro con unos ligueros, sujetando el izquierdo una navaja, pero esta se ocultaba a Tetsuya por la perspectiva.
¿Podría parecer muy atrevida? En absoluto, aquel hombre había comprado su cuerpo y, aunque en general a Hannah no le importaba mostrarlo porque no sentía vergüenza alguna, con ese hombre menos, pues era más suyo que de ningún otro aunque Hannah no lo hubiera elegido. Tomó el pequeño trozo de tela, y se lo puso por encima. Vaya, comprobándolo le quedaba perfectamente. Se miró al espejo y anudó el cinturón a su cintura. Luego se giró a su Tetsuya.
- Entonces... ¿Cuál es la primera tarea que me encarga...? - se acercó a él con movimientos felinos, característicos de su parte pantera, pero con los ojos fríos como la nieve - ¿... amo?
- Kimono de Hannah:
Miér Feb 12, 2014 7:17 am por Akemi Kido
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Mar Oct 15, 2013 6:28 am por Schrodinger
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Vie Ago 30, 2013 11:19 am por Kirian
» Un afilado encuentro [Priv. Azathoth]
Miér Ago 28, 2013 3:09 pm por Azathoth