I want to be by your side forever

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, ¡otra vez perdí!- la pequeña tiró el mando por los aires, desenchufandolo de la consola y cayendo en un cojín cercano, por suerte. A la vez que tiraba esto, ella se tiró al suelo, tumbandose, quitándose de su posición de sentada al estar tumbada ahora en el suelo. La caida de golpe contra el suelo le hizo daño en la espalda, aun así, no se quejó, y miró al techo, para despues cerrar los ojos dejando salir un suspiro-. Ah...

Se giró, quedando de lado, mirando hacia aquel lugar donde había caido el mando. Tenía su habitación demasiado descolocada. Ya había pasado una semana desde que su amo la compró, pero, al él pasar tiempo con su androide, pasó menos con ella, teniendo tiempo para ir de comprar y permitirse todos los lujos posibles que se le antojaron. Tenía el suelo cubierto de peluches y cojines, para su comodidad. Estiró sus manos, cogiendo un enorme oso de peluche y abrazandolo fuerte.

Pensó, definitivamente esa Nozomu era un estorbo para ella, ¿cómo su amo había podido elegirla? ¿No dijo que sólo la bastaba con ella? En la playa la dijo que ella era lo único que necesitaba, ¿acaso era una mentira...? Los ojos de Kisaki comenzaron a llenarse de lágrimas. Desde que su amo le había presentado a su nueva pet, apenas hablaron ni fueron a algún lado, por no decir que se pasó la semana sola, sin salir de su habitación, y, después de meditarlo y estar todas las noches pasandolo mal, sin dormir con su amo.

-Arrastrada por el amor, ahora aprieto hasta el dolor contra mi pecho. Dejo todo a un lado y tiemblo de amor. Un mundo silencioso, tiempo detenido...-pensó, llegando a tararear aquella canción, cerrando los ojos fuertemente y abrazando a aquel oso, mordiendo su oreja y moviendo las suyas.

Se frotó los ojos, quitandose las lágrimas e incorporándose, sentandose de rodillas, mirando por el ventanal. La tarde estaba acabando, la noche comenzaba. Se levantó, pegandose al cristal, apoyando su mano ahí y mirando tras él, observando la ciudad. Posiblemente, su amo ahora mismo estaría en casa, ¿qué hacía ahí desperdiciando el tiempo? Ella en verdad lo quería, quería estar con él, quería abrazarle y decirle cuanto le quería y tan importante era para ella, ¿por qué era tan orgullosa?

Miró a la puerta de la habitación, acercandose lentamente a ella, abriéndola mientras con la otra mano daba un tirón a su camiseta a rayas, que hacía de vestido corto, permitiendo ver parte de su ropa interior. Caminó rapidamente hasta llegar a la habitación de su amo, y, dando leves golpes a la puerta, la abrió y asomó su pequeña cabeza, esperando ver a su amo allí.

-¿Ji-sama...?